jueves, 14 de marzo de 2013

La fortuna del rey y los cuadros del duque.



                                                                       


Para la inmensa mayoría de la población puede parecer que  desde hace una década el oscurantismo, secretismo  y absoluto silencio que existía  sobre todo aquello que tuviese que ver con la familia real en general y con el rey en particular ha desaparecido.
La idea generalizada es que en estos años  el monarca y su familia han favorecido que  todo lo relacionado con ellos haya dejado  de ser “materia reservada”  y que sus negocios han pasado a ser más conocidos amén de estar controlados.
Pero toda esta impresión no pasa de ser  una patraña fruto de campañas perfectamente  orquestadas que pretenden que la población se crea  dueña de la situación, para que desde la inconsciencia  pase por alto temas realmente cruciales que el pueblo no admitiría caso  de ser conocidos.
Para lograr que el pueblo entre en esa especie de letargo es preciso  convencerle de que realmente las actividades, la economía y los negocios reales están sometidos a un control  con luz y taquígrafos.. 

El método utilizado para lograrlo es presentar   a la Familia real y al rey como muy próximos, y qué manera mejor que  hacerlos presentes en los comentarios rosa, presentarlos como  un tema más en los asuntos tratados en las tertulias de radio y televisión e incluso bombardeando de forma machacona a la opinión pública con  temas judiciales en los que se encuentran inmersos. De esta manera  se les termina por ver como próximos, “campechanos” y sometidos como todos al imperio de la ley. Pasan a ser considerados como “uno de los nuestros”.
Ahora bien, todo esto no pasa de ser una maniobra de distracción para que la opinión pública  no atienda a los  temas realmente fundamentales, pasados y presentes, que  no conviene sean  conocidos, pues de serlo el resultado sería que el chiringuito que es el  régimen juancarlista se iría al garete.
Pero la continuidad de este montaje no les conviene exclusivamente a  la familia real,  sino que  los políticos de todo signo  integrados en los distintos partidos o sindicatos, la politizada justicia y los  periodistas del pesebre  también defienden  el presente status quo  ya que viven cómodamente a la sombra que este “chiringuito” proporciona en forma de dinero y poder.

Aunque una inmensa mayoría de la población española piense lo contrario, continúan existiendo unas “líneas rojas” que bajo ningún concepto han de ser cruzadas.  Esa luz que supuestamente   ilumina la realidad de la Monarquía juancarlista es una quimera, un engaño que tan solo llega a los lugares que a esta le convenga. Si es necesario se removerán  líos de faldas, cacerías de elefantes o  se airearán asuntos  judiciales  que finalmente no llegarán a parte alguna. Hay que tener  entretenido al populacho para que no se pregunte por lo que realmente ocurre y ha ocurrido.

                                                                        

                                                                      

Realmente los reyes tienen mucho que ocular tras esa imaginaria línea roja. Y es que resulta extremadamente difícil justificar los 1790 millones de euros que según publicó la revista británica Eurobusiness conforman la  fortuna real, 540  de los cuales constituyen la fortuna personal del Rey. Muy difícil   para una pareja que cuando ascendió al trono carecía en absoluto de fortuna propia, sus arcas no tenían otra cosa que telarañas.

Este espinoso asunto  se encuentra entre los  temas “sensibles” que por cualquier medio ha de ser  alejados de la luz pública, pues del secreto y la opacidad depende la continuidad del corrupto régimen actual.
En esta entrada vamos a aportar un poco de luz a tan espinoso a la par que oscuro tema.

El acopio de dinero que conformaría  la fortuna a la que antes nos hemos referido comenzó, tal y como indica el periodista Jesús Cacho en su libro “El negocio de a liberad”, a partir del momento en que el monarca ocupó el trono.
En el  libro citado dice  textualmente: “ una de las primeras formas conocidas fue el petróleo, las comisiones del crudo que importaba España para cubrir sus  necesidades de energía”, este mismo periodista y muchos otros señalan que la comisión es de  5 dólares por cada  barril de petróleo que España adquiere.
Del mismo modo se refiere a las peticiones a diversas monarquías para que le donasen dinero. “…Nada más ocupar Juan Carlos I el trono a la muerte del dictador, Manuel Prado y Colón de Carbajal se dedicó a remitir misivas reales a otros tantos monarcas reinantes del mundo, especialmente del mundo árabe, para pedirles dinero en nombre del rey de España”.

Existe constancia documental de  una carta que  el 4 de julio de 1977 envió el monarca, firmada por este, en la cual decía textualmente:  “me tomo la libertad, con todo respeto,  de someter a tu generosa consideración la posibilidad de conceder 10 millones de dólares como tu contribución personal para el fortalecimiento de la monarquía española”.
Otro  sistema  a través del cual el monarca y su famita consiguieron  una fuerte cantidad de dinero, esta vez para su fortuna en el extranjero.  fue el robo-estafa de la pinacoteca del Duque de Hernani, caso este que pasamos a desarrollar pues es desconocido por la práctica totalidad de la población de nuestro país.

Comenzaremos  señalando, a modo de introducción, que la familia real se hizo en 1976 de modo fraudulento con una valiosísima colección de cuadros propiedad del Duque de Hernani. En este verdadero robo participaron además de la familia real , la Dirección  General de Bellas Artes, y el Ministerio de Economía y  Hacienda. Teniendo un papel fundamental, como maquinador y cerebro  de todo el desarrollo, el entonces Jefe de la Casa del rey  Sabino Fernández Campos.
Todo este asunto se encuentra denunciado ante el Juzgado de Instrucción numero 46 de Madrid, el número de las diligencias previas es el  6049 95.
Los familiares del Duque de Hernani interpusieron  en ella una querella criminal contra la familia real por robo y estafa.

Posteriormente los cuadros fueron vendidos por los testaferros de la familia real a diversos   museos  y a coleccionistas privados, privando de esta forma a todos los españoles de una parte importante del patrimonio artístico nacional.
Pero todo esto no podría mantenerse en secreto sin el silencio cómplice de  políticos, periodistas y  jueces. Las presiones son fuertes y por lo que se ve tienen efecto.

Lo que aconteció, según  se deriva de lo denunciado por la familia del Duque de Hernani  fue que en 1976  la familia real española, en colaboración con ls segunda mujer del Duque de Hernani Teresa Mariategui y varios funcionarios públicos se elaboró  un plan para hacerse con la colección de Pintura y Arte del Duque de Hernani para después venderlo con el objeto de obtener un capital en que tener en el extranjero.
El plan que se preparó  consistía en falsificar la  sucesión del  anciano Duque al tiempo que se destruiría la documentación de la colección para de este modo evitar la reclamación de los legítimos  dueños y/o herederos.
El primer paso era robar los títulos de propiedad, cosa que se hizo la noche del 23 de Febrero de 1977, la llevaron  a cabo dos falsos  sirvientes que habían sido contratados  dos meses antes. Estos fingieron realizar el robo de  17 cuadros de la colección, cuando  la verdadera finalidad del robo era hacerse con los títulos de propiedad de los cuadros de la colección.
La misma Casa real filtró a través de la policía la noticia del robo. eso sí,  hablando   tan solo de los cuadros sustraídos y evitando cualquier referencia al hurto de los señalados documentos.
Fallece el 6 de enero de 1979  a los 91 años el anciano Duque y la familia real se apodera de los cuadros, una parte de ellos se encontraba depositada en el  Museo del Prado. Se falsifica el testamento del Duque de Hernani colocando como única heredera a la segunda esposa del finado.
Para evitar cualquier posible sospecha sobre la posterior aparición de los cuadros en el patrimonio privado de la familia real, el rey otorga a través de un real Decreto que el Ducado de Hernani sea ostentado por la hermana  del rey  Doña Margarita, esto se lleva a cabo bajo el pretexto de cumplir el deseo que  el Duque  trasmitía en una carta, falsificada también, en la que este solicitaba modificar la línea del ducado.
El cambio antes señalado se realizó para de este modo poder vender los cuadros robados a través de la empresa Sotheby en la que trabaja la infanta Pilar de Borbón.

El primer error de la familia real fue  el no haber abonado los impuestos sucesorios del testaferro, con lo que se pone en evidencia el no haber recibido la herencia. Ante esta circunstancia la  familia del difunto Duque  presenta contra ella denuncia pública, aunque la  Hacienda  recibe orden de paralizarla para no dar al traste con toda la operación.
En segundo lugar  nos encontramos con que otro error se cometió  al robar del domicilio de Conde los títulos de propiedad de los cuadros, sin  darse cuenta  de que eran copias de los documentos originales, que se encontraban en los archivos del Patrimonio Histórico , se descubre la cuestión. Este tema es solucionado nuevamente con la presión del poder  real, haciéndose desaparecer los expedientes 518 y 110 de la colección del Duque de Hernani. Para  no dejar huella alguna  de la verdadera propiedad de los cuadros se falsifica el Inventario General del Museo del Prado. Pero  los intentos de encubrimiento resultaron infructuosos ya que la familia del Duque de Hernani logró reconstruir los expedientes sustraídos con los duplicados de esos documentos que se encontraban  en el Instituto y que por error se olvidaron de sustraer.

Debido a los fallos señalados  resulta imposible ocultar que la familia real llevó a cabo el robo y estafa de la  colección del Duque de Hernani. Siendo esto así  la única solución que se le ocurre al cerebro de toda esta operación, Sabino Fernández Campo, Jefe de la Casa Real, consiste en amenazar a todos aquellos medios de comunicación españoles para que no publiquen nada sobre este asunto. Esta amenaza  se aplicó por primera vez en la emisora COPE, en el programa de Antonio Herrero del día 28 de septiembre de 1994, esto fue así dado que este periodista estaba dando publicidad al caso. El 2 de mayo de 1998 moría en un extraños accidente de submarinismo el señalado periodista. En aquellos momentos muchos señalaron que Antonio Herrero fue asesinado  por algún servicio secreto  dirigido por  alguna poderosa fuerza.
. Se dio la  extraña coincidencia de que el día anterior a la muerte de Luis Herrero, Jiménez los Santos fue recibido por José María Aznar en  el Palacio de la Moncloa donde fue recriminado por los comentarios que realizaba.

Hay que señalar que resulta sumamente importante la partida  que la Casa Real recibe anualmente de los Presupuestos Generales del Estado, alcanzando el año pasado los 4, 8 millones de euros. Desde el año 1976 la partida asignada a la Casa Real ha crecido justo el doble que el crecimiento de la inflación.

El ocupar el puesto  115 de los  400 más ricos de Europa no es algo que surja de la nada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario