martes, 8 de mayo de 2018

Mercedes Formica, una verdadera defensora de la mujer.


                                                                           

En estos momentos en los que tanto se habla, se grita y supuestamente se legisla en favor de la mujer, todo el mundo, pero muy especialmente las femipodemitas del “al machito machete”, esas tan obsesionadas con el heteropatriarcado y con los micromachismos parecen  haber olvidado la verdadera defensa de la mujer y con ello brilla mucho más  la insigne figura de una mujer que desde su condición de falangista logró unos cambios favorables a la mujer en la legislación española como nadie antes había conseguido, la realidad es que ella logró que se realizase la primera reforma del Código Civil desde 1889.

                                                              

 Este olvido sólo puede explicarse como fruto de esa suerte de abducción provocada por el radicalismo ideológico que ha secuestrado la inteligencia a todo este rebaño de mujeres y hombres, autodenominados feministas, que no son otra cosa que seres rencorosos sometidos al pensamiento único de lo políticamente correcto.
 Son gentes que voluntaria o de modo ingenuo se han sumado a una ingeniería social que busca acabar con la sociedad occidental enfrentando a los sexos para de este modo destrozar la familia, célula básica de la sociedad.

                                                                 


Como digo, todo este movimiento, en el que hay que incluir tanto a los seguidores vocingleros que se manifiestan como a aquellos que lo secundan desde el cobarde y acomodaticio silencio aburguesado que traga con lo que sea con tal de no enfrentarse a lo políticamente correcto y de esta manera mantenerse en el poder o lograr alcanzarlo para medrar y vivir del cuento.
Todos ellos han ocultado tras la oscuridad del sectarismo la realidad de una verdadera defensora de la mujer, una luz que reluce por mucho que los nubarrones del sectarismo traten de ocultar su brillo tras la oscuridad de su mediocre radicalismo femiestalinista.

Me estoy refiriendo a Mercedes Formica, la cual logró variar de manera fundamental la forma en la que hasta entonces las leyes recogían la situación y los derechos de las féminas, una legislación que merced a su intervención e impulso mejoró la realidad social y dando un paso fundamental para llegar a la independencia de estas.
De hecho, consiguió cambiar nada menos que 66 artículos del Código Civil en pleno régimen de Franco, y no se trató de artículos sin importancia.
No se centró en combatir al hombre sino en dignificar a la mujer, combatiendo por su igualdad jurídica y real, no gastó su tiempo ni ocupó el de los demás hablando del heteropatriarcado o de micromachismo, no se dedicó a señalar la depilación o la cortesía como muestras de sometimiento o afirmando que el coito y los piropos son agresiones contra la mujer.
Ahora vamos a referir algunos de los logros que alcanzó esta falangista, verdadera defensora de la dignidad y de los derechos de la mujer:
El 24 de abril de 1958 fue el día en que todos sus esfuerzos y gestiones dieron fruto y se plasmaron en la legislación y en el Código Civil, logrando que el concepto “casa del marido” fuese sustituido por el de “hogar conyugal”, cosa esta que permitía que la mujer se quedase con la casa en caso de separación. Del mismo modo logró que se derogase el concepto “depósito de la esposa”, el cual venía indicando que en caso de separación, la esposa quedaba depositada en casa de sus padres o habría de ingresar en un convento.
Con los dos cambios antes citados, se ponía fin al poder absoluto del que disponía el marido para enajenar los bienes del matrimonio.
Pero no acabaron ahí sus conquistas, también logró que aquellas mujeres que quedaron viudas y volvieran a contraer matrimonio mantendrían la patria potestad de los hijos nacidos del primer matrimonio.
La realidad es que los cambios legales fruto de la actividad que Mercedes Formica llevó a cabo marcaron un antes y un después en la situación de la mujer, cuyos derechos les eran negados y a causa de ello la mujer estaba siendo sojuzgada, todo ello era fruto de una legislación a todas luces injusta que nuestra protagonista.

                                                        


Pero lejos de mostrar un mínimo de reconocimiento por las enormes mejoras que Mercedes Formica logró introducir en la legislación española en los años cincuenta, se le niega cualquier tipo de reconocimiento, se silencian sus logros e incluso se ataca su figura por parte de la extrema izquierda podemita sin que ni una sola voz de las autodenominadas feministas diga esta boca es mía, y todo por el hecho de ser falangista. Y no sólo eso sino que el busto que estaba presente en su ciudad natal, Cádiz, ha sido retirada por orden del ayuntamiento que preside el podemita Kichi, decisión que la concejal del Área de la Mujer aplaudió señalando que militó en Falange y que ese no es el tipo de mujer que queremos.

                                                                  

                                                                     




Para estas feministas de pacotilla no cuenta que se ha hecho por la mujer sino quién lo ha hecho, y si no es de los míos no está bien.



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