lunes, 30 de abril de 2018

El cambio legislativo, una incoherencia más.


                                                                                   



A través de los medios nos damos de bruces con una nueva incoherencia, incoherencia que por supuesto no comentan ni ponen de manifiesto los periodistas-estómagos agradecidos que están al servicio del sistema.
Una discrepancia con los comportamientos políticos que una y otra vez han sido marcados por las autoridades, por los grupos de opinión y por los partidos políticos.
 Esta incoherencia parece que el cerebro de esponja aborregado, sometido y vendido al pensamiento único de lo políticamente correcto no es capaz de verla por si mismo.

Al hablar de incoherencia me estoy refiriendo a la decisión del gobierno, en consonancia con todos los grupos del arco parlamentario, de iniciar los pasos precisos para modificar la legislación en lo que se refiera a los abusos y a las agresiones sexuales.

                                                                    

 La realidad es que se trata de una cesión ante las manifestaciones y concentraciones que se vienen produciendo en toda España tras haberse conocido el fallo sobre el caso de la tan traída y llevada “manada”, todas estas movilizaciones son fruto de la estrategia del feminismo radical que promueve y apoya la extrema izquierda de la ideología de género.  

Son precisamente todos esos que dijeron que no se debía votar la supresión de la prisión permanente revisable tras el asesinato del pequeño Gabriel los que ahora claman por la variación de la legislación en todo lo referente a los abusos y agresiones sexuales.  

                                                                   

No puedo olvidar que cuando E.T.A. asesinaba, un día sí y otro también, se nos decía que no se podía legislar en caliente para endurecer las penas, que la legislación no se podía modificar al albur de las emociones, pues la justicia se convertiría en simple venganza. Pero por lo visto donde dije digo digo Diego.

Y qué se puede decir del gobierno de la nación, que en lugar de respetar la independencia judicial se pone a la cabeza de todo este movimiento y se pliega a modificar la legislación en función de que una sentencia no ha sido acorde con sus prejuicios, nos encontramos ante unos gobernantes que por un puñado de votos se pliega a la presión de una calle convulsionad por feministas y radicales de izquierda.
Ahora bien, que nadie se lleve a engaño, pues el pensamiento liberal que es la base del partido popular lleva aparejada una visión totalmente maleable y acomodaticia de las normas puesto que niegan la existencia de verdades   absolutas.

Para acabar no podemos pasar por alto una grave incoherencia más.
Me estoy refiriendo a las diatribas generalizadas e histriónicas que los grupos de derechos humanos, antirracistas y feministas levantaron contra las crítica y la condena social que recibió la famosa Ana Julia, la asesina del pequeño Gabriel. En aquel caso argumentaron que se la atacaba por su condición de mujer y por el hecho de ser negra, en cambio ahora no han abierto la boca para criticar el juicio mediático condenatorio que los acusados recibieron desde el primer momento por parte de todos los medios de comunicación ni criticaron el linchamiento popular que han sufrido ya antes del juicio y posteriormente al mismo.
 Pero no acaba aquí el asunto puesto que todos estos movimientos políticos, feministas y supuestos defensores de los derechos humanos se han retratado cuando llegaron a denunciar  una fiesta popular centenaria en la que se quemó un muñeco con la efigie y vestiduras de la asesina del niño almeriense, sostuvieron que se  trataba de una forma de racismo por el hecho de ser negra la confesa asesina y de machismo por ser mujer, en cambio en este caso no han dicho esta boca es mía para criticar que de un puente sobre una autopista gallega apareciesen colgados  cinco muñecos con la cara  de cada uno de los condenados, y no se puede aducir que no lo han visto pues el suceso ha aparecido en televisión y en el resto de los medios.

                                                                   



No entiendo nada, o quizá lo entiendo demasiado. Está claro, la asesina del niño era negra, mujer e inmigrante mientras que los de la manada son hombres, blancos y españoles.

Pobre España y pobres de nosotros.

                                                                 


No hay comentarios:

Publicar un comentario