martes, 22 de agosto de 2017

¿Falsa bandera en Barcelona?


                                                                       


Si no fuese porque todo esto acaba con muchas vidas  y provoca el sufrimiento de muchos inocentes sería para tomarse a broma lo que rodea a los últimos atentados, supuestamente islamistas, que han golpeado a la sociedad y población europea.

  El atentado acontecido hace unos días en las Ramblas de Barcelona no es una excepción a todas estas puestas en escena. Pareciera que los que desde el poder oscuro ponen en marcha todo esto nos consideran, y seguramente tienen razón, individuos borreguiles que dominados por un pensamiento acrítico no son capaces de razonar y se ven paralizados por el miedo a ser considerados conspiranoicos   y verse así apartados del redil.

Pero a pesar de todo ello los hechos son tozudos y la verdad es la verdad la diga Agamenón o su porquero.



Una y otra vez nos encontramos con una misma serie de detalles que convierten estos terribles y criminales actos en malos guiones que repiten una y otra vez los mismos detalles, repeticiones estas que harían sospechar a cualquier persona si no se hubiese convertido en un ser intelectualmente enano con mente de esponja, en un esclavo de lo políticamente correcto incapaz de ver más allá de los que los medios al servicio del poder le señale.

El primer detalle que se repite una y otra vez en todos estos atentados es el hecho de que en todos ellos los terroristas se "olvidan" en el auto utilizado 
  la documentación o la "pierden" en las proximidades del lugar donde atentaron .  Esto ha ocurrido en el 11 S, en el atentado de Charly Ebdo, en el Bataclan y ahora ha vuelto a suceder en el de Barcelona, también ocurrió en el del 11 M aunque en aquel caso no dejaron la documentación, pero si un teléfono móvil para que a través de su número pim la policía pudiese comenzar a tirar del hilo y encontrarlos.

Un segundo aspecto que se repite es el hecho de que ninguno de los participantes en el atentado sobrevive y todos son eliminados o mueren de algún modo, con lo que no podrán aportar ningún dato a la justicia ni a los mismos servicios de seguridad. Esto ha ocurrido en el 11S, 11M, Charlie Ebdo, Londres, etc. 
El caso de Barcelona no ha sido distinto, ya que el supuesto cabecilla murió en la explosión del chalet ocupado y el resto han sido sucesivamente eliminados.

Otra realidad que también se repite, también en el atentado de Barcelona, en los atentados es que todos los terroristas han estado controlados, encarcelados e incluso han sido colaboradores de las fuerzas de seguridad del  Estado , esto se ha dado en todos y cada uno de los últimos atentados “yihadistas”, pero en el caso del atentado de las Ramblas las circunstancias referidas a este respecto son más graves si cabe: El imán, supuesto cabecilla de la célula terrorista, había estado cuatro años en la cárcel , había viajado  en tres ocasiones durante meses a una conocida zona yihadista cercana a Bruselas, donde desapareció tras haberle pedido el responsable de una mezquita donde pretendía trabajar como imán un certificado de penales,    también  viajó varias veces a Marruecos.  Los vecinos del chalet ocupado al que en no pocas ocasiones acudía el imán habían puesto en conocimiento de las autoridades el hecho de la ocupación ilegal de este y señalado el extraño trasiego de personas. Y por último su teléfono estuvo pinchado por el C.N.I. el año 2006 al ser considerado posible islamista radical.

Pero por si todo esto no fuera suficiente nos encontramos con que tras la explosión  los mossos dijeron que se había tratado de una explosión de gas, contrariamente a lo  que el tipo de daño y tipo de humo señalaban, también es de  destacar que las fuerzas policiales de la generalidad  impidieron a los T.E.D.A.X. de la Guardia Civil  acceder al lugar de la explosión.

De la misma manera es muy sospechoso el hecho de que la zona peatonal de las Ramblas, donde se produjo el criminal atropello, careciese de bolardos o grandes maceteros para impedir que un camión o furgoneta entrase libremente y pudiese atropellar a las personas tal y como ya se había hecho en varias ocasiones en el resto de Europa. Y más grave aún una vez que la Comisaría General de Información de la policía nacional había advertido a los mossos y al ayuntamiento barcelonés de que era conveniente colocarlos por seguridad.

                                                                             

Además, hay que recordar que toda España estaba en un estado 4 sobre 5 de alerta antiterrorista.



Todo esto son cuestiones más que claras para intuir con cierto grado de seguridad que algo raro hay detrás del criminal atentado de Barcelona.

 El que no quiera verlo el sabrá porque prefiere mantener los ojos cerrados.

Pero son demasiados datos para no pensar que estamos ante un nuevo atentado de falsa bandera.

                                                                         








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