viernes, 18 de agosto de 2017

El osopeluchismo y los minutos de silencio.




                                                                   


De una sociedad vacía de moral, carente de conciencia nacional, carente de voluntad y de espíritu de lucha, no se puede esperar que la población que la compone mantenga una actitud mínimamente combativa cuando es atacada por el terrorismo islamista.

En lugar de una reacción valiente de afirmación nacional, moral y de condena aparece el “osopeluchismo” de los minutos de silencio, de las velas, de los osos de peluche y las rosas depositadas en el lugar del atentado.

Todo ello pone de manifiesto que nos encontramos ante una población que se ha rendido sin siquiera haber luchado, una gente que imbuida del pensamiento políticamente correcto ha terminado por convertir la manifestación cobarde de los silencios, los aplausos, las velas y los ositos en la obligada conclusión de los actos terroristas que llevan a cabo los islamistas.

Si alguien levanta una voz más alta que otra serás tildado de violento, si critica el peligro de una inmigración ilegal se le tildará de racista o intolerante, y que a nadie se le ocurra criticar la “religión de la paz” creada por Mahoma ya que entonces se llegará a decir que en parte es responsable de los atentados puesto que esas expresiones hacen que los islamistas se sientan atacados y eso lleva a que se defiendan.

Y por supuesto en boca de los políticos y de los tertulianos encontraremos mensajes que afirman que la defensa es la democracia y que están atacándonos porque quieren acabar con ella y con nuestra forma de vivir. Falso, atacan a Occidente por ser residuo de la Cristiandad y  atentan contra  algunos musulmanes en tanto no se plieguen al wahabismo salafista que profesan y quieren implantar.

Un punto importante al que quiero hacer referencia es el de los minutos de silencio y el de los aplausos.

                                                            




La sociedad amoral y descristianizada en la que vivimos olvida que el minuto de silencio tiene su origen en el toque de oración, cuya duración equivale al tiempo que ocupa rezar un padrenuestro. Es decir estamos ante una oración laica vaciada de significado y convertida en una nada que después es aplaudida, o sea que se aplaude la nada.

Y que decir de los ositos se colocan en el lugar de los atentados, son una expresión de infantilismo movido por la incapacidad de lucha y de un incapacidad de voluntad de victoria.

En el caso de las velas es más de lo mismo, puesto que se trata de esconder la base espiritual de una acción meramente católica.


Barcelona ha de levantarse para orar por los asesinados, exigir medidas contra los terroristas musulmanes y la comunidad que los esconde y pedir responsabilidades a las autoridades que no hicieron lo necesario para impedir que los asesinos pudiesen haber entrado con la furgoneta en una zona peatonal.

                                                                 


Es preciso un rearme moral y una conciencia nacional si queremos tener una mínima posibilidad de  victoria ante los terroristas.

EL SILENCIO, LOS APLAUSOS, LAS VELAS, LAS FLORES Y LOS OSITOS NO SIRVEN DE NADA SIN ORAR POR LOS ASESINADOS Y  PELEAR POR LOS VIVOS.

                                                              


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