jueves, 20 de abril de 2017

El holocuento contraataca.



                                                                              

Hemos de estar preparados ante el nuevo embate que mañana van a llevar a cabo los defensores del “holocuento”. Los cuales, sirviéndose de todos los medios a su servicio, que como todos sabemos abarcan la práctica totalidad de los mass media, puesto que son muy muy pocos los que se resisten a la tentación del dinero, a la presión del poder e incluso a la amenaza real de ser multado cuando no encarcelado por defender la verdad.

                                                         


Nuevamente nos bombardearan con información manipulada, o directamente inventada, que es lo que los sionistas y sus palmeros vienen haciendo desde que finalizó la segunda guerra mundial.

En este caso vamos a asistir al contraataque desesperado de aquellos que durante más de siete décadas han venido sacando rédito político, territorial, pecuniario, y que se han servido de la leyenda para mover a la victimización del pueblo judío y para culpabilizar al resto de la humanidad.

Todo el negocio que les ha servido para justificar la ocupación de un territorio habitado, Palestina, y crear en él un Estado terrorista que en base al supuesto genocidio les ha permitido realizar crímenes sin número sobre la población civil palestina y que les ha dado carta blanca para llevar a cabo cualquier tropelía pues siempre terminan por esconderse tras la leyenda de los seis millones asesinados en los supuestos campos de concentración.

                                                   



En este caso nos encontramos con que la Organización de las Naciones Unidas tiene intención de desclasificar mañana viernes 21 de abril gran cantidad de documentos relacionados con el más que dudoso “holocausto judío”.

La tesis fundamental de todos estos documentos que se van a presentar es que ya en 1943 los aliados conocían de las matanzas que estaban ocurriendo en los campos de concentración y que no hicieron absolutamente nada por frenar tales sucesos. lo que estaba ocurriendo.

Las autoridades alemanas no habrían tenido conocimiento de la existencia de estos documentos, cosa más que curiosa ya que de haber sido conocidos habrían sido sumamente útiles para apuntalar la farsa sobre la que se levanta la industria del holocausto y sus derivadas políticas.



Pero todos estos falsarios de la sinagoga de satanás que mantienen el mayor engaño de la historia han tomado conciencia de como en la última década, pero especialmente en el último año, el número de personas que ponen en duda los datos del “holocuento” es cada vez mayor, de como los estudios históricos que lo ponen en duda se empiezan a desarrollar en prestigiosas universidades y no sólo son fruto de los despectivamente denominados revisionistas.

Pero ha sido la generalización del uso de internet la que más ha socavado la leyenda del holocuento, puesto que informaciones y opiniones antes censuradas e incluso prohibidas han salido a la luz y han abierto los ojos a una parte importante de la población.

Este medio de difusión, que ahora trata de ser controlado y sus informaciones censuradas, ha servido para que se conozcan informaciones y noticias sobre Israel y sobre las actuaciones criminales de este Estado. Es así que a nivel mundial se está difundiendo un sentimiento y una toma de postura radicalmente contraria al Estado de Israel y sus acciones contra el pueblo palestino. La toma de postura no sólo se ha plasmado en manifestaciones públicas o publicaciones, sino que se ha concretado en un boicot popular contra los productos y las multinacionales israelíes, boicot que está poniendo en serios problemas a la economía del Estado judío.

                                                   


La opinión pública internacional se ha visto plasmada en declaraciones y medidas de la O.N.U. y en el cambio de actitud de los EEUU desde el nombramiento de Donald Trump sobre la construcción de nuevos asentamientos en Gaza.

Siendo todo esto así los sionistas buscan la manera de reavivar el “holocuento” para desde él mover a una culpabilización de la humanidad que ponga freno a cualquier duda sobre esta elaborada mentira y para que cualquier ataque contra Israel se considere un ataque contra las pobres víctimas del presunto genocidio.

Saben que sólo desde el victimismo y el mantenimiento de la mentira podrá sobrevivir el Estado de Israel.

                                                   


Según el historiador Flesch que ha escrito un libro en base a esta documentación, “servirá para combatir la negación del holocausto”, y curiosamente se da la coincidencia de que precisamente en estos días se estrena una película sobre este mismo tema titulada “Negación”. Todo parece estar perfectamente coordinado en esta campaña para frenar la toma de conciencia respecto al engaño que desde hace setenta años padece la humanidad.

                                                     


Estos documentos no tratarían de aportar información novedosa que viniese a invalidar la aportada por los denominados revisionistas, lo que simplemente haría es afirmar la realidad del supuesto genocidio judío dándolo por cierto en función de una afirmación y unos datos que señalarían que esa supuesta verdad fue ignorada y ocultada de igual modo que ahora lo está siendo.



Pero este movimiento propagandístico de los sionistas va más lejos al mover a la culpabilización de los ciudadanos occidentales puesto que supuestamente sus gobiernos, los aliados, fueron en parte responsables de los crímenes contra los pobres e inocentes judíos.

Estamos ante un movimiento genial de las mentes del “pueblo elegido”.






2 comentarios:

  1. el holocuento fue destruido hace mucho tiempo. lean las victorias del revisionismo de robert faurisson

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  2. Borja, estoy de acuerdo si lo que mantienes es que hace décadas que la mentira fue puesta de manifiesto y descubiertas las mentiras sobre este verdadero cuento, pero no estoy de acuerdo en tanto que la inmensa mayoría de la población continúa creyendo toda la mentira lacrimógena de los sesis millones, la mentira sigue en pié.

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