jueves, 4 de agosto de 2016

Ya ha empezado






                                                                               

Ayer día 3 de Agosto  fui testigo indirecto, a través de fotografías y de algún video colgados en Internet, de como en la capital francesa, concretamente en la iglesia de Santa Rita,  un sacerdote era  tirado al suelo durante la celebración de la Santa Misa, y de como los monaguillos y feligreses eran expulsados del templo por unos individuos que tan sólo se diferenciaban de los criminales de Daesh- ISIS por los cascos de antidisturbios puesto que ni el color oscuro de sus uniformes ni la saña que utilizaron para atacar al sacerdote y feligresía les distinguía.
 Del mismo modo, la manera irrespetuosa, y hasta despectiva con la que los policías retiraban  el mobiliario e incluso las imágenes del templo parecían más la imagen de yihadistas actuando en Siria contra los cristianos.
Lo que ocurrió en pleno Paris, en la iglesia de Santa Rita como ya he dicho, fue el violento desalojo  del citado templo llevado a cabo por fuerzas antidisturbios de la gendarmería francesa.

                                                        

La cuestión tiene su origen en la venta de la iglesia  por parte de su entonces dueño,  la Societé des chapelles catholiques et apostoliques a una sociedad inmobiliaria “Garibaldi” que tenía la intención de construir en los terrenos del templo un parking. Muy a pesar de las protestas del párroco y de la feligresía se llevó a cabo esta venta y finalmente la justicia dio orden de desalojo, orden que se  cumplió ayer de la irreverente forma en que se ha narrado.
Las fotografías y grabaciones ponen de manifiesto lo  terrible de agredir y tirar al suelo a un sacerdote que vestido con sus ornamentos oficiaba el Santo Sacrificio de la Misa, de expulsar a los pequeños monaguillos y de  violentar a los feligreses que tanto en el exterior como en el interior de la iglesia se oponían al desalojo o simplemente acudían a la Santa Misa.

                                                          

Realmente no puedo afirmar que haya una relación directa entre este desalojo y  el hecho de que en esta iglesia se oficiase según la liturgia tradicional, pero creo de justicia citar la información, porque de lo que si estoy seguro es de que si no hubiese sido Misa Tradicional, el obispado e incluso superiores jerarquías hubiesen actuado de otra manera.

No creo que los actuales dirigentes franceses hubiesen permitido que se produjesen las imágenes de una mezquita asaltada por la policía antidisturbios durante el rezo de los viernes, ni las de un clérigo musulmán por los suelos a causa de la  actuación de los miembros de la gendarmería.
Pero claro, como se   trata de católicos que no cortan cuellos ni ponen bombas da igual.
Mientras se reprime de esta forma a los sacerdotes y fieles católicos. en mezquitas sitas en la misma ciudad de París se lanzan mensajes salafistas llamando a la Yihad.

¡Francia no  hay quién te reconozca!

                                               


Todos los europeos, especialmente los católicos, hemos de tener absolutamente claro que la lucha ha comenzado, y que el peor enemigo está entre los nuestros.

Por supuesto estos sucesos ni estas fotografías y videos aparecieron en nuestros “libres” medios de  desinformación.


                           ¡¡Viva Cristo Rey!!

                                               



Se me olvidaba, gracias al Santo Padre por las palabras de aliento para estos cristianos y de protesta ante las autoridades francesas. Pero claro, olvidaba también que defendiendo al Islam y a los refugiados no tiene tiempo para ocuparse de los católicos tradicionalistas.

Analizando todas las circunstancias que confluyen en este desagradable asunto no se puede tomar una  actitud sencilla, puesto que ciertamente  los sacerdotes y fieles  habían "ocupado" esta iglesia desde el momento en que los  legítimos dueños, galícanos no católicos, la habían vendido en contra de la opinión de los que la utilizaban para el culto tradicional a una inmobiliaria que pretendía construir en esos terrenos un parking. El desalojo se produjo tras una larga pelea judicial por orden de un juez.
Esto no es óbice para señalar que no es de recibo que el desalojo se  realizase mientras se oficiaba el Santo Sacrificio de la Misa, con tanta violencia contra las personas  y tan sólo unos días después de  que un sacerdote fuese degollado en una parroquia de Normandía.
Otra cuestión que molesta sobremanera es el convencimiento de que bajo ninguna circunstancia las autoridades republicanas se habrían atrevido a realizar el hecho al que nos estamos refiriendo en una sinagoga o en una mezquita.

                                                     



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