martes, 2 de agosto de 2016

Lo que hay detrás.



                                                                           

Los verdaderos  responsables de esta crisis de terrorismo y violencia están en la sombra y llevan siglos planeando todo esto, su finalidad es que mediante la provocación de una espiral de muerte, dolor y odio se produzca  un enfrentamiento abierto entre cristianos y musulmanes. Esta criminal élite oscura no es conocida ni por las víctimas del terrorismo ni por los mismos terroristas.

                                                            

 Los cristianos son las inocentes víctimas de este conflicto provocado por esta élite oscura, su finalidad es conseguir que posteriormente surja un más que lógico sentimiento islamófobo de defensa, a su vez los musulmanes están siendo manipulados con doctrinas wahabitas y takfiries que movilizan las ya de por si criminales doctrinas del Corán, estas son aplicadas  desde la violencia como respuesta a situaciones promovidas por esa misma élite oscura, con lo que de ese modo se crean las condiciones que darán lugar al enfrentamiento buscado.

¿Pero a quién puede beneficiar este diabólico mecanismo de pugna gradual que finalizará en un enfrentamiento abierto?
Es a esto a lo que esta entrada va a hacer referencia, puesto que nada puede resultar más útil que sacar a la luz lo que las élites oscuras  tratan  de llevar a cabo sirviéndose de nuestro desconocimiento.
En primer lugar, y antes   que nada, hemos de tener en cuenta que para el judaísmo talmúdico en general y para el sionismo en particular los gentiles o no judíos, que ellos denominan goyim, no somos más que ganado creado con el único fin de servirles como esclavos . La finalidad del mundo y de todos los países  que conforman la tierra no sería otra que estar  a sus órdenes y servir los intereses del “pueblo elegido”.
Un segundo aspecto que hemos de tener en cuenta es la estrategia que el judaísmo  y sus tentáculos masónicos han  planeado para alcanzar los objetivos de dominio y esclavización a los que  anteriormente nos  hemos referido.
Esa estrategia se basa en el aforismo latino  divide et impera (divide y vencerás),  esta estrategia se diseñó y puso en marcha hace al menos siglo y medio.
Concretaremos todo esto aportando datos fundamentales para tomar conciencia de la realidad a la que nos estamos enfrentando,  y de este modo podremos dejar de considerar los sucesos que vivimos de la manera superficial y manipulada que se nos vende.

Hay un documento fundamental para tomar conciencia de que lo que vivimos y sufrimos en la actualidad no pasa de  ser un elemento más dentro de la gran partida que desde hace siglos, o milenios, viene jugándose sobre la faz de la tierra. En realidad no dejaría de ser un acto más de la eterna lucha entre el Bien y el Mal.

                                                              


El documento al que me refiero es una carta que el año 1871 envió el masón grado 33 y satanista Albert Pike al líder de los iluminados de Baviera, conocidos como Iluminattis, Giuseppe Mazzini.
Esta carta estuvo expuesta en la biblioteca de Brithis Museum de Londres, cuando el antiguo oficial de Inteligencia de la armada canadiense  William Guy Carr la copió.

                                                                

El contenido de esta carta es sumamente importante pues pone de manifiesto  con 43 años de antelación la Primera Guerra Mundial, con 77  la Segunda y habla también de una tercera que aún no se ha producido.
Lo que es fundamental para el tema que tratamos en este artículo son las razones por las que se habrían de desarrollar las tres guerras mundiales.
Dado el valor inmenso que tiene esta carta paso a transcribirla en su integridad:
“La Primera Guerra Mundial debe producirse para permitir a los Iluminati derrocar el poder de los Zares de Rusia y hacer de ese país una fortaleza de ateísmo Comunista. Las divergencias causadas por los agentes de los Iluminati entre los Imperios Británico y Alemán se usarán para fomentar esta guerra. Al final de la guerra el Comunismo se erigirá para destruir otros gobiernos y para debilitar las religiones”.
“La Segunda Guerra Mundial debe fomentarse aprovechándose de las diferencias entre los Fascistas y los Sionistas políticos, esta guerra debe enfrentarse para que el Nazimo sea destruido y el Sionismo político sea suficientemente fuerte para crear un Estado soberano de Israel en Palestina. Durante la Segunda Guerra Mundial, el Comunismo Internacional debe  hacerse suficientemente fuerte como para contrarrestar a la Cristiandad, que entonces será constreñida y controlada hasta el tiempo que la necesitemos para el cataclismo social final.”
“La Tercera Guerra Mundial se fomentará aprovechando las diferencias causadas por los agentes de los Iluminati entre los Sionistas políticos y los líderes del Mundo Islámico. La guerra debe conducirse de un modo que el Islam (el mundo arábico musulmán) y el Sionismo político (el Estado de Israel) se destruyan  mutuamente. Mientras tanto, las otras naciones, una vez más divididas sobre este asunto se verán obligadas a luchar hasta el punto de la completa extenuación física moral, física, espiritual y económica… Desataremos a los Nihilistas y a los ateístas, y provocaremos un cataclismo social formidable que en todo su horror mostrará claramente a las naciones el efecto del ateísmo absoluto, origen de la crueldad y de los disturbios más sangrientos. Entonces, en todas partes, los ciudadanos obligados a defenderse contra la minoría mundial de revolucionarios, exterminarán a esos destructores de la civilización, y la multitud, desilusionada con la Cristiandad cuyos espíritus teísticos estarán desde ese momento sin brújula ni dirección, ansiosos por un ideal, pero sin saber dónde dirigir su adoración,  recibirán la verdadera luz a través de la adoración universal de la doctrina pura de Lucifer, sacada finalmente a la vista pública. Esta manifestación resultará a partir del movimiento reaccionario general que seguirá a la destrucción de la Cristiandad y el ateísmo, ambos conquistados y exterminados al mismo tiempo”.

No hay que olvidar que  el que redactó y envió esta carta señaló que lo que narra en la misiva lo recibió de su “espíritu guía”, loase demonio. Tampoco se puede pasar por alto que todo lo señalado respecto a las dos primeras guerras mundiales se  ha cumplido de modo escrupuloso, lo que nos hace plantearnos  la realidad de un futuro más próximo de lo que podemos  suponer. Y desde luego no podemos pasar por alto que ya se están moviendo las fichas en el tablero de la geopolítica internacional para desencadenar la guerra que termine  enfrentando el Islam con el Sionismo político, que desgraciadamente en la actualidad no sólo está constituido por Israel sino por casi todo Occidente cristiano -incluida la jerarquía católica-, buscando acabar con la Cristiandad e implantar  el dominio de Lucifer.
Llegado a este punto  hay que recordar las palabras de Nuestro Señor Jesucristo recogidas en Juan 8,44, en las que dice a los judíos: “Vosotros sois hijos del diablo, y así queréis satisfacer los deseos de   vuestro padre…”

                                                                  

O cuando en Apocalipsis 3,9 podemos leer: “He aquí, yo entregaré a aquellos de la sinagoga de Satanás que dicen ser judíos y no lo son, sino que mienten…”
Creo que queda absolutamente claro quién está detrás de estos planes que en la carta se han descrito.

La cuestión que ahora nos debemos plantear es cuales son las estrategias y las acciones de los que en estos momentos se sirve la élite luciferina para implementar los planes que pasan por esa Tercera Guerra Mundial.
Por supuesto tratarán de enfrentar a las comunidades cristianas y musulmanas hasta llegar a un conflicto generalizado que les permita hacerse con el poder total e implantar el dominio de Satanás, el suyo. Para lograr este fin deben  crear un odio mutuo entre ambos grupos, y lo hacen estableciendo las condiciones que les obligue a verse atacados y por tanto en la obligación de defenderse-atacar.
Para señalar los métodos que se están utilizando no es preciso alejarse mucho en el tiempo, basta con retrotraernos a los autoatentados llevados a cabo el 11 De Septiembre  del año 2001 en Nueva York y Washington.
Los que verdaderamente dominan la  política norteamericana, en especial todo lo relacionado con la política exterior y militar (  me refiero al lobby judío), decidieron desatar en toda la zona musulmana una agresión de tal calibre que se iniciase un rencor y odio a todo lo occidental (que la inmensa mayoría de los musulmanes equiparan con cruzado-cristiano). Para justificar mi afirmación me remitiré a unas declaraciones del general norteamericano de cuatro estrellas Wesley Clark, que era Comandante Supremo de la O.T.A.N.
Este general señaló que el día 20 de septiembre uno de los generales a sus órdenes le informó de que la  entonces cúpula política (Rumsfield y Wolfowitz especialmente) había decidido  entrar en guerra con Irak  y que  le presentó una memoria de la oficina del Secretario de Defensa en el que se describía como iban a invadir 7 países en 5 años: Irak, Siria, Líbano, Sudán  e Irán.

Las invasiones que se llevaron a cabo dieron lugar a que en países laicos o moderados (como era el caso de Irak, Libia, etc) el radicalismo islámico yihadista creciese de manera inusitada y contase con la ayuda de las monarquías wahabíes.
Esto creo, al  igual que Israel había producido con la invasión de Palestina, un sentimiento de odio hacia occidente y los cristianos-cruzados.
Más tarde la acción de los servicios de inteligencia  occidentales, especialmente de la C.I.A. del M.I.6, de los servicios de las monarquías del Golfo y del Mossad  crearon y apoyaron grupos armados de musulmanes radicalizados que en un principio les resultaban útiles, como Al-Qaeda en la  lucha contra los soviéticos en Afganistan o el ISIS, Daesh en árabe, para derrocar a Bashar Al-Assad en Siria.

                                                                    

Estos grupos terroristas, en especial ISIS ha contado hasta hace muy muy poco con el apoyo militar  de la O.T.A.N y de EEUU  y con el económico del eje anglo-saudí.
Y es precisamente la acción cruel y criminal de estos grupos en Oriente Medio  y ahora en Europa la que está provocando la más que comprensible reacción islamófoba de una población víctima de acciones terroristas indiscriminadas.
A estas acciones es  preciso sumar los numerosos atentados de falsa   bandera que la élite lleva a cabo en territorio europeo para agudizar esta situación que se aproxima al conflicto bélico interno.

Por último nos encontramos con que la reacción  de principales países occidentales es la de  llevar a cabo ataques militares aéreos contra poblaciones, como lo ha hecho Francia tras el atentado de  Niza, que causan numerosas víctimas civiles a la par que incrementa el odio contra occidente y multiplica el número de yihadistas.
  


De esta manera, voluntariamente o no, se está colaborando con los planes de la élite oscura.

Desde luego que la solución a esta grave crisis en la que nos han metido  los de siempre no tiene una solución sencilla, pero como mínimo hemos de  tener clara conciencia de que todo esto es resultado de una estrategia bien diseñada, y que  ciertamente los musulmanes son un problema pero los judíos son el problema.
Gracias a Dios parece  que algunas personas están despertando y sobreponiéndose al odio se van dando cuenta de quién está realmente tras todo esto. Me refiero por ejemplo a los chiitas libaneses de Hezbollá que se enfrentan con Israel pero  no sólo no luchan contra los cristianos sino que los defienden e integran a la par que combaten duramente a Daesh.

                                                                  



Ojalá que los occidentales podamos sobreponernos a esta diabólica  serie de acción-reacción y veamos la culpabilidad de la sinagoga de Satanás.

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