lunes, 2 de mayo de 2016

Los terroristas viajan en A.V.E.



                                                                               


A las 5:30 de la tarde de ayer domingo 1 de Mayo, cogí en la estación de Santa Justa de Sevilla un tren con destino a Cáceres. Las medidas de  seguridad para entrar en la estación, para acceder a los andenes y para subir al tren fueron absolutamente nulas. De hecho todos los pasajeros pudimos subir a los vagones sin que nuestros equipajes, en mi caso una gran mochila, hubieran de pasar por ningún aparato de visión, ni franquear revisión de ningún tipo, ¡¡y eso que se supone que estamos en un nivel de alarma antiterrorista muy próximo al máximo!! .

                                                               

 Esto me llamó la atención puesto que el pasado verano realicé el trayecto Córdoba-Sevilla también en tren, y contrariamente a lo ayer sucedido, en aquella ocasión si nos obligaron a que todos los equipajes pasasen por las máquinas  de visión y detección.
 A esto hay que sumar que en aquel momento el nivel de alerta antiterrorista era bastante más  bajo que el actual. La explicación que recibí al comentar la cuestión fue que el tren Córdoba-Sevilla era un A.V.E., mientras que el  Sevilla –Cáceres un modelo “normal”.


                                                               
                                                             
 De esto deduje que los terroristas viajan sólo en A.V.E. y exclusivamente atentan contra este tipo de trenes.
Pero como no creo que los encargados de la seguridad y sus superiores sean tan estúpidos como para creer semejante majadería y soy de natural desconfiado, también pensé que dado que entre  los que suelen utilizar los servicios de los de la alta velocidad se haya  una mayor proporción de profesionales liberales que se relacionan con gran cantidad de población y a que la práctica totalidad de los periodistas que crean opinión pública viajan  de esta manera resulta fundamental que tanto unos como otros, especialmente estos últimos, tengan sensación de fuerte amenaza terrorista por medio de la seguridad  que se aplica por ser necesaria para defender nuestra seguridad.
 Se trata de una amenaza terrorista que justificará el control y la paulatina reducción de libertades, al igual que ha venido ocurriendo con la indiscriminada instalación de cámaras de vigilancia, cámaras que curiosamente después fallan antes y durante los atentados terroristas.

                                                                 
                                                           
                                                             
Esta misma estrategia se llevará a que dentro de nada para que introducir la obligatoriedad de que  todos llevemos implantado un chip.

                                                                     



 Crea el problema, la falta de seguridad mediante atentados terroristas de falsa bandera, para después  poder aplicar medidas que de otra manera la población nunca aceptaría.

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