domingo, 15 de mayo de 2016

Campaña electoral igual a no saltar la valla.



                                                                               

Es realmente llamativo el hecho de que durante el periodo previo a que se lleven a cabo las elecciones, especialmente si son generales o europeas,  se dejen de producir esos saltos masivos de la valla de Melilla a las que tan acostumbrados estamos a través de los medios de comunicación.
Estos saltos se suelen producir a lo largo de todo el año, muy especialmente durante la primavera y el verano.
Pero como si de un milagro se tratase estos saltos dejan de llevarse a cabo mientras se desarrollan las campañas electorales, esto ocurre así pues de todos es sabido que los inmigrantes subsaharianos respetan mucho estas fechas  previas a las elecciones ya que toman en consideración la importancia de este periodo y tratan de no importunar el normal desarrollo de este periodo  preparatorio de la “fiesta de la democracia”.
 Hemos de suponer que para los inmigrantes ilegales los procesos electorales que se dan en nuestro país  son sagrados, y que por tanto son más importantes a la hora de intentar cruzar ilegalmente la frontera española que las condiciones climáticas y el grado de vigilancia que puedan ejercer las fuerzas de seguridad españolas o marroquíes.

                                                         


En el proceso electoral en el que estamos inmersos esta circunstancia se hace si cabe más llamativa que durante otros, y lo es puesto  que durante este se están dando unas condiciones climáticas muy buenas que resultan sumamente favorables para que se lleven a cabo los masivos saltos de la valla melillense o la llegada de pateras a las costas del sur de la península.

Como suele acontecer en todos los aspectos de la vida, y más si nos referimos a estos niveles, las cosas no ocurren por casualidad ni tienen su origen en algún sortilegio o encantamiento, sino que tienen una explicación sencilla aunque esta resulte estar más o menos velada por la discreción o el secreto.
La actual ausencia de saltos masivos de la valla melillense durante el periodo electoral actual no ha sido la primera vez que ha acontecido.
En la campaña electoral previa a las elecciones europeas del año 2014 fuimos testigos de la ausencia tanto de saltos de la valla como de desembarcos masivos de inmigrantes en pateras.

                                                    

 Los mentideros de la capital y no pocas publicaciones digitales se hicieron eco de este hecho, dando una explicación a tan  extraña falta de actividad de los inmigrantes para entrar en  territorio español.
En aquel momento se comentó que el gobierno español había “donado” al gobierno marroquí ocho millones de euros para que sus fuerzas de seguridad impidiesen que inmigrantes se acercasen a las vallas de Melilla o que algún tipo de patera saliese de territorio marroquí con destino a España.

                                                        


En aquel momento la razón fundamental que movió al gobierno español a realizar  ese tipo de “presión” sobre el gobierno de Marruecos fué evitar que el tema de la inmigración ilegal, y en especial el de los subsaharianos que saltaban la valla de Melilla, pudiese favorecer los resultados de los emergentes grupos patrióticos teniendo en cuenta la importancia electoral que en Francia estaba alcanzando el Frente Nacional de Marine Le Pen.

                                                     


Pues si en aquel momento las circunstancias justificaban, para las autoridades españolas, la entrega de semejante cantidad de dinero a las autoridades marroquíes, en este periodo electoral las razones son aún mayores. Y digo que para ellos son aún mayor dado que debido a la denominada “crisis de los refugiados”
                                                         
                                                    
 ha producido en toda Europa, excepto en España, un resurgimiento de partidos y agrupaciones patrióticas e identitarias que incluso les han llevado al poder en no pocas naciones y regiones de la Unión Europea.  

                                                   



                                                     

Siendo todo esto así, es muy lógico pensar que a través de algún tipo de aportación monetaria o concesión mercantil el gobierno español  está presionando nuevamente al de Marruecos para evitar imágenes o sucesos de saltos de la valla o de llegada de pateras que puedan poner de manifiesto que la invasión, revestida de ola de refugiados, que padece Europa también afecta a nuestra patria.
Es más, sería muy probable que la misma Unión Europea estuviese  presionando  a Marruecos mediante los tratados económicos y diversas concesiones que con los alauíes tiene, el fin de estás presiones sería que el país norteafricano impidiese la llegada de inmigrantes ilegales a la frontera española e imposibilitasen que abandonasen sus costas en pateras. El fin último evitar que las asociaciones patriotas e identitarias  despierten en los europeos su sentido de patria y de identidad.

                                                   



Lo que está ocurriendo, más bien lo que no está ocurriendo, tiene una finalidad que si se piensa es más que clara.

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