martes, 1 de diciembre de 2015

Rindiendo pleitesía al sionismo y poniendo en peligro a España.

                                               

El pasado 30 de Noviembre del presente 2015 el rey de España Felipe VI, recibió con toda solemnidad en un acto que se llevó a cabo en el Palacio real de Madrid, a los representantes de los descendientes de aquellos judíos sefardíes que en 1492 fueron expulsados de España por orden de los Reyes Católicos, no olvidar que los judíos fueron expulsados de todos y cada uno de los reinos de Europa antes de ser expulsados de España.
Este acto se llevó a cabo 522 años y 28 meses después de que los Reyes Católicos dictasen el edicto de expulsión de los judíos del territorio de sus reinos.
En este acto el rey Felipe VI dijo cosas como:
-“Cuanto os hemos echado de menos”.
“Yo hoy quiero deciros que ya habéis vuelto para siempre a vuestro hogar”.
Eli Cohen, el primero de los descendientes de aquellas familias de judíos expulsados nacido en España también dijo unas palabras.
También estuvo presente  el presidente de la Federación de Comunidades Judías de España, Issaac Querub, que tras expresar su agradecimiento al rey  por el acto le pidió, como no, que compensase los aspectos más exigentes de la requeridas por la ley para lograr la nacionalidad española, recurriendo a la aplicación de una interpretación más equilibrada y sensible.

                                                              


En la actualidad ya se han concedido, automáticamente, 4301 nacionalidades a descendientes de sefardíes expulsados en 1492, y 583 solicitudes están pendientes de confirmación.
Felipe VI, agradeció  a los  sefardíes  su ¿lealtad? A España.

Este acto, como todos los que se realizan, tiene alguna razón de ser y busca algo. Desde mi punto de vista se trata de la muestra de sometimiento del monarca español al poder del judaísmo internacional.
No tiene sentido alguno que en las actuales circunstancias, con el grave conflicto que están creando unos islamistas radicales (que hablan de  “recuperar” para el Islam las tierras del Al-andalus), se remueva el tema de la nacionalidad que se concede a antiguos pobladores judíos de los reinos de España.
Esto es un verdadero peligro puesto que del mismo modo que la ley Gallardón reconoce el derecho a la nacionalidad española a los judíos sefardíes expulsados por los Reyes Católicos en  1492, los moriscos expulsados de España por Felipe III entre 1609 y 1613 podrían exigir con razón el mismo derecho. Y en la situación por la que atravesamos ese podría ser un punto de apoyo en el que los islamistas radicales basar legalmente sus aspiraciones.
                                                            

Es así que solamente se puede entender este acto como un   rendimiento de pleitesía ante el poder de la judería internacional. 

                                                              

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