sábado, 10 de enero de 2015

LA ESTRATEGIA SIONISTA DEL DIVIDE Y VENCERÁS




                                                     



No hay estrategia más efectiva, y utilizada con mayor éxito, que la consistente en dividir al enemigo u oponente para  de esta manera debilitarle, y a través de ello poder sojuzgarlo. En la actualidad la práctica totalidad de la humanidad es víctima de esta estrategia del “divide y vencerás”, estando siendo la sociedad mundial  inmolada en el altar sionista que busca la imposición del poder absoluto del autodenominado “pueblo elegido”. Esto se desarrolla por medio de una estrategia perfectamente pergeñada y cruelmente llevada a cabo por los de la estrella de David.

Para tomar conciencia de la grave conspiración a la que nos enfrentamos, vamos a poner como ejemplo lo que aconteció en el Líbano en los años 70 y 80. El Líbano era  conocido, debido a su nivel de vida y a la paz social de la que disfrutaba, como la Suiza de Oriente Próximo. Por desgracia para este país y para los libaneses, su situación geográfica, junto al Estado de Israel, y el hecho de constituir un territorio estratégico en el oeste del Mediterráneo lo convierte en  una presa apetecible para el Estado sionista. Para hacerse con el Líbano los judíos pusieron en marcha la estrategia a la que al principio de esta entrada nos referimos, el “divide y vencerás”. Israel rompió el delicado equilibrio que existía entre la población libanesa cristiana y la de credo musulmán. El Líbano fue una creación colonial francesa  sobre parte del territorio que constituyó Siria. Resultado de esa creación fue un fraccionamiento de la población en la que los cristianos dominaban los puestos y responsabilidades mayores de la sociedad mientras que el resto era ocupado por la población de confesión musulmana, pese a todo ello terminó estableciéndose un equilibrio, no exento de tensiones, entre ambas comunidades.

Tras la  ocupación del territorio palestino y la creación del Estado de Israel, durante la guerra de los seis días, había en el Líbano más de 400.000 refugiados palestinos. Los cuales, situados en el sur del Líbano, como es lógico, realizaban acciones militares contra aquéllos que habían ocupado sus tierras y les habían confinado en campos de refugiados sometidos a duras condiciones de vida. En ese momento las tropas israelíes  comenzaron a atacar el Líbano, llevando a cabo varias invasiones del territorio libanés.

Dada la situación, además de las fuerzas palestinas, los cristianos crearon sus propias milicias.

En Junio de 1978, las fuerzas israelíes  se retiraron del Líbano, excepto de lo que Tel-Aviv denominó “zona de seguridad”. Contando en esta zona con la ayuda de una milicia cristiana libanesa que previamente había armado, entrenado y a la que  proporcionó ayuda económica.

Más adelante, el 16 de Septiembre de 1982, el ejército israelí ocupante de esa zona del Líbano, cercó, bajo las órdenes del entonces ministro de Defensa de Israel Ariel Sharón, los campos de refugiados palestinos de Sabra y Chatila, impidiendo que pudiesen salir los refugiados palestinos o llegar las milicias palestinas para ayudar a los refugiados. Bajo su pasividad, y habiendo dado garantías de no intervención, se permitió la entrada de milicias cristiano-falangistas libanesas que  acabaron con la vida de unos 3.500 refugiados palestinos. La matanza no sólo fue permitida por Israel, sino que fue instigada por las fuerzas militares sionistas. Esta masacre dio lugar a un enconamiento  hasta límites inimaginables del odió entre las comunidades cristiana, drusa y musulmana, hecho que hizo que la capacidad militar defensiva de las fuerzas libanesas se redujese drásticamente, e Israel pudiese ocupar el Líbano hasta 1983.Durante la ocupación, las tropas israelíes fueron asediadas por nuevos grupos libaneses, entre los cuales destaca el grupo chií Hezbolá, fundado en 1982. Hezbolá continuó su actividad contra Israel en el sur del Líbano, enfrentando, principalmente, la ocupación de Palestina.

Cuestiones como el apoyo logístico, entrenamiento y suministro de armas a las milicias cristianas, sólo tienen sentido dentro de un plan del que la matanza de Sabra y Chatila es parte fundamental. De esta manera, los israelíes lograron enfrentar, y así dividir, a las fuerzas libanesas que juntas podrían ser un serio oponente para sus planes de invasión del estratégico territorio libanés.

Algunos podrán argumentar que esta matanza fue la respuesta de las milicias cristianas, falanges libanesas, de origen principalmente maronita, a la Masacre de Damour, en la que unidades de la OLP habían asesinado a 582 cristianos y profanado posteriormente un cementerio también cristiano.
Siendo ciertos estos datos que hacen referencia a una venganza contra lo acontecido en Damour, estos no varían para nada la tesis que esta entrada mantiene. Ciertamente, la motivación que movió a las tropas cristianas a actuar en Sabra y Chatila pudo ser la venganza, pero lo que aquí se considera es la actitud pasivo-activa (pasiva en tanto que no actúo y “sólo” dejó hacer, pero activa en cuanto que cercó los campos de refugiados, impidiendo el escape de los palestinos atacados e imposibilitando que cualquier ayuda de milicianos palestinos pudiesen penetrar para defender a los que estaban siendo masacrados.

Lo que aquí resulta trascendental es cuál fue la razón por la cual el Estado de Israel no actúo directamente contra esos campos de refugiados cuando al Estado judío nunca le ha importado lo que la comunidad internacional pudiera  pensar, ni las críticas o condenas que de ésta pudiera recibir.

La única explicación es que permitiendo y favoreciendo una masacre de las milicias cristianas se produciría un odio insalvable entre las comunidades cristiana y musulmana. Logrando de este modo dividir las fuerzas libanesas que podrían haber enfrentado un posterior ataque e invasión total y perdurable del territorio libanés.

La tesis que aquí se defiende es que el sionismo internacional está aplicando en la actualidad, y a nivel global, esta misma estrategia para lograr implantar su tan anhelado Gobierno Mundial Sionista. Tal y como se propusieron los Iluminados de Baviera desde su creación en 1776, ellos marcaron una serie de fases que habrían de implementarse para lograr el dominio judío sobre toda la humanidad.
Todas estas fases que, inexorablemente, se han ido cumpliendo, han pasado siempre por la aplicación de la estrategia a la que nos hemos referido anteriormente, jugando con enfrentar a una tesis ( el cristianismo, el capitalismo, las monarquías absolutas o el imperio germánico), una antítesis (el materialismo ateo, el comunismo o los imperios occidentales) para dar lugar a una “síntesis buscada” que sería un paso más hacia la implantación del Nuevo Orden Mundial que daría el poder absoluto a los judíos sobre el resto de la humanidad.

Con la revolución rusa, dirigida, llevada a cabo y apoyada por la judería internacional, se consiguió la fragmentación del poder zarista para dar paso al comunismo y a un Tratado de Versalles que, con ayuda del sionismo internacional y del belicismo  anglo-yankee, dio lugar a la caída de los países-nación para dar paso a la creación de La Sociedad de Naciones, promoviendo  la segunda guerra mundial, de la que surgió un poder constituido en dos bloques enfrentados que dividía al mundo.
Igual que una de las consecuencias de la primera guerra mundial fue la creación de la Sociedad de Naciones la segunda dio lugar a la creación de la Organización de las Naciones Unidas ONU. Ambas fueron primeros pasos hacia un gobierno mundial, pero esta última mucho más controlada debido al derecho de veto de varios países, entre ellos el de los sionistas EEUU.
Otra consecuencia, y no menor, de la conflagración  mundial fue la creación en 1948 del Estado de Israel.

El siguiente paso establecido por los Illuminati se basa en el enfrentamiento entre la civilización cristiana y la musulmana, el cual daría lugar a  una tercera guerra mundial que, al finalizar, llevaría a la creación de un gobierno mundial cuyo poder estaría dirigido por la actual élite financiero-económica y por el poder sobre los medios de comunicación, sometido al pensamiento de lo políticamente correcto, y que se enmarcaría en una organización mundial que acabaría por engullir las diferentes asociaciones transnacionales, a saber: Unión Europea, Mercosur, Asociación Asia- Pacífico, Unión de Estados Africanos, etc.

Ahora mismo estamos siendo involuntarios protagonistas de la puesta en funcionamiento de la  estrategia sionista, para ello precisan desarrollar  y aumentar de manera irreversible la desconfianza y el odio entre cristianos y musulmanes, recordemos que el fin último de ello es acabar con cualquier posible resistencia ante la implantación del Nuevo Orden Mundial sionista.
Los sujetos con pensamiento abierto y crítico tenemos muy fácil reconocer en los acontecimientos a los que asistimos claros indicios de que en la actualidad está en funcionamiento un plan  para crear  el enfrentamiento y la lucha a la que más arriba hacemos referencia.

El plan que actualmente está en marcha, tiene un funcionamiento de doble acción, de modo que opera en un sentido que aviva el odio de cristianos contra musulmanes, a la par que activa el de musulmanes contra cristianos.

Esta estrategia funciona en dos direcciones opuestas dentro de una misma vía, una vía que busca el enfrentamiento  entre cristianos y musulmanes. Como si estuviésemos resolviendo un puzzle, vamos a  estudiar como encajan algunos de los más importantes eventos que se vienen desarrollando actualmente en el panorama internacional.

Analizaremos toda una serie de acontecimientos que se nos presentan como derivados de actos o actitudes cuya responsabilidad procedería del mundo musulmán, cuando,  en realidad, han sido preparados por el poder sionista para dar lugar a esta impresión con la finalidad de crear animadversión del mundo occidental-cristiano contra del todo lo musulmán. De la misma forma, nos centraremos en hechos que aparecen ante la opinión pública musulmana como acciones originadas por el mundo cristiano-occidental contra los musulmanes, estando detrás de ellos el sionismo que busca esclavizar a la humanidad completa.

Esta estrategia, en el fondo, no es otra cosa que una continua sucesión de atentados y acciones militares de falsa bandera. Haremos referencia a tales sucesos analizando la realidad de su origen, su desarrollo y la forma en que colaboran a esta estrategia  de enfrentamiento.

Los primeros eventos de los que nos vamos a ocupar son los acontecidos en Nueva York y Wasinthon el 11 de Septiembre de 2001, tanto de los que tuvieron lugar en el World Trade Center como en el Pentágono. El ataque y posterior caída de las torres gemelas ha quedado perfectamente  acreditado que no fueron causados por grupo musulmán alguno, ni tuvieron relación con Osama Bin Laden ni Al Qaeda. El derrumbe de las torres gemelas no se debió a la temperatura, así lo afirman numerosos especialistas en ingeniería, física, arquitectura, etc. Del mismo modo, son muchos los químicos y expertos en demolición de edificios, así como un gran número de bomberos y policías que se encontraban dentro o en las inmediaciones de las lo que dicen que en las torres se produjeron fuertes y numerosas explosiones, ¡antes y durante! el desplome de ambos rascacielos.

Se trató de una auto demolición, un ataque de bandera falsa que pretendía, aún en contra de las informaciones del FBI, que el pueblo occidental en general y occidental-cristiano en general, atribuyesen un gigantesco crimen a los musulmanes, cosa que  gracias a los mas-media controlados por el lobby judío que dio publicidad a la versión oficial, escondiera y desacreditara todas y cada una de las informaciones científicas que la ponían en solfa.

Hay varias cuestiones que los medios de comunicación, e incluso la comisión del 11S, obviaron, entre ellas las comunicaciones advirtiendo desde Israel a una empresa de mensajería judía de que se produciría un “grave evento” en las torres gemelas ese día, de hecho, los atentados y posterior caída de las torres de esa gran central de oficinas y empresas financieras no produjo ni una sola víctima judía.
Los medios de comunicación y la  comisión del Congreso ocupada de los atentados pasaron de puntillas sobre el asunto de la detención de cerca de cuarenta judíos ese 11S, de israelíes, un grupo de ellos por filmar, observar y festejar sobre una camioneta cargada de explosivos el desplome de las torres. Tampoco se aireó ni se tomó en consideración la extraña caída de la torre 7, que no había sido impactada por avión alguno ni sufrió ningún incendio.

Una comisión del Congreso norteamericano hizo público un extenso informe que defendía la versión oficial, pero se ha negado a hacer público un total de 28 páginas de ese informe a pesar de la insistencia de la opinión pública y de muchos congresistas para que el público tuviese acceso a ellas. Revelaciones que hacen referencia a las 28 páginas ocultadas del informe sobre el 11S  han aparecido en los sitios webs de Prensa y tv, del New York Post y del Veterans Today. Lo que estas publicaciones referían era que dos congresistas habían tenido acceso y habían leído el informe completo sobre el 11S, según estos dos congresistas, el informe colocaba toda la responsabilidad de la preparación  y ejecución de los atentados del 11S en una o más agencias de inteligencia extranjeras no terroristas. Artículos publicados en el New York Daily, de Rupert Murdok (pro sionista) escritos por Paul Sperry, miembro del Hoover Institute del AIPAC (Comité de Asuntos Públicos Estados Unidos-Israel), acusan al príncipe Bandar de Arabia Saudí, implicando también a Bush.

En la actualidad, el mayor grupo de presión que funciona en Washington, judío-sionista, participa en una amplia y fuerte campaña que trata de impedir que se haga público el informe íntegro sobre el 11S. ¿Se debe esto a que en esas 28 páginas, hasta ahora desconocidas, se señala a Israel, y no a la familia real saudí, como preparadores y ejecutores del atentado do?, y que esa agencia de inteligencia extranjera a la que se refieren los congresistas es el Mossad?

Presentar como responsables a Osama Bin Laden o a príncipes saudíes de un atentado que estremeció a los norteamericanos y al mundo entero, tuvo como consecuencia presentar a los musulmanes como los más peligrosos enemigos que han de ser odiados y atacados militarmente sin piedad.

Paralelamente a este odio, se afianzó en el pueblo de los EEUU una gran consideración hacia Israel, al verla como el más fuerte baluarte de la libertad y la democracia en Oriente Próximo.

Un derivación de estos atentados, auto atentados, fue el ataque, invasión y masacre de Irak, acción militar que posteriormente se reprodujo en Afganistán y en Libia. Con el malestar y sentimiento antioccidental y anticristiano que esto produjo en el mundo árabe y musulmán. No hay que olvidar que la invasión de Irak y su posterior ocupación ha producido más de medio millón de muertos. Para justificar esta incursión bélica se recurrió a la mentira, por un lado relacionando el régimen de Sadam Hussein con Al Qaeda y por otro señalando que el régimen Iraquí contaba con armas de destrucción masiva, que posteriormente se ha demostrado que eran inexistentes.

En segundo lugar nos vamos a referir a algo que está de actualidad, me refiero al ISIS (Islamic State of Irak and al Sham), Daesh en árabe. El también denominado EIIL, Estado Islámico, ha tenido un más que sospechoso resurgimiento. En el 2011 era un grupo yihadista que contaba con tan sólo un par de miles de hombres, carentes de una estructura militar que se pudiese considerar tal y que tan solo llevaba a cabo atentados aislados, ahora, en el 2014, esa pequeña fuerza se ha transformado en un enorme ejército con más de cien mil militantes perfectamente armados y entrenados, dotados de un armamento muy moderno, la mayoría del cual procedería de los EEUU o de Arabia Saudí. Hay serias sospechas de que  este ejército, al menos su núcleo combatiente principal, está compuesto por presos que estaban recluidos en cárceles saudíes por diversos crímenes, lo cual dice bastante del código de conducta de estos ¿soldados?

En este sentido, Arabia Saudí sacaría dos beneficios de colaborar en la creación y sostenimiento de este ejército yihadista. Por un lado, eliminar la competencia al desestabilizar Siria, Irak y Líbano entre otros, y, por otro, colaborar con su aliado, los EEUU, lo que es lo mismo que decir  que con Israel, en sus proyectos para, de este modo, continuar siendo socio prioritario, obteniendo así ayuda económica y cobertura militar de primer orden. Según  fotografías que el mismo ISIS publíca, mucho del armamento y de los suministros llegan por avión, aunque se sepa que carecen de aviación. También, según declaraciones de Edward Snowden, el denominado Califa del ISIS, Abu Bark Al- Baghdadi, es un agente del Mossad.

Las salvajes acciones y el peligro que subyace tras el avance territorial del ISIS, fomenta  en el Occidente cristiano terror y odio hacia el oriente musulmán, fin perseguido por  el poder sionista, como hemos señalado.

No podemos terminar sin hacer referencia a atentados de falsa bandera que se vienen produciendo, tales como los del 11M de Madrid y el del 7J de Londres, ambos perpetrados seguramente por alguna red obediente a las más altas instancias internacionales, redes similares a la antigua red Gladio de los 70 y 80.

Ahora acaba de  producirse un atentado en pleno centro de París, supuestamente llevada a cabo por franceses musulmanes que habrían ido a combatir en las filas del ISIS. La identificación de los autores es ridícula, supuestamente perdieron un documento de identificación al cambiar de vehículo. al escapar de la zona del atentado. Pero, como muy bien dice Tierry Meissan en la web Red Voltaire, La finalidad de este atentado no es vengar al Profeta o castigar a los que le insultaron, puesto que su actuación no buscó acabar con las planchas de los dibujos o con los rotativos, actuaron como fuerzas especiales, seguramente pertenecientes al stay behind,para esta acción buscaban, y en gran parte lo han logrado, crear una gran islamofobia en Francia. Pero su finalidad última es desatar una especie de guerra civil en el país galo, ya que en la  actualidad la población musulmana es muy amplia en la sociedad francesa.

En el fondo, esto coincide con lo que  hemos expuesto a lo largo de estas páginas, el sionismo internacional busca acabar con la fuerza de los goyim, los no judíos, para, tras ello, reinar sobre sus ruinas.



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