lunes, 2 de junio de 2014

Abandonar el barco cuando se hunde.


                                                                         
Si el capitán de un barco lo abandona  cuando se hunde es enjuiciado, pero además de la cuestión legal derivada de la comisión del hecho todos le calificaran de cobarde. Ya se sabe que cuando un barco se hunde las primeras que lo abandonan son las ratas.

La situación por la que atraviesa España es lo suficientemente grave como para considerar la abdicación del Borbón una traición, de hecho la Constitución de 1987 dice que  el Rey, además de  Jefe del Estado es “símbolo de la unidad y permanencia”, del Estado se entiende,
España en estos momentos se enfrenta a un desafío secesionista que pone en grave riesgo la Unidad Nacional, la abdicación de quién según la Constitución es símbolo  de su unidad y permanencia es como mínimo  una temeridad, aunque los adjetivos que  realmente la define son cobardía y traición. 

Muchos dirán que la abdicación del Borbón  se justifica  por la situación de desprestigio  personal y por el  desgaste que la institución monárquica  tiene en estos momentos entre la mayoría de los españoles, otros  acudirán a la situación física por la que atraviesa el monarca, y no faltarán los que buscarán en el más que probable enjuiciamiento de la infanta  la razón última del abandono.´

                                                                    

Pero ninguna de esas “razones” pasan de ser meras excusas de cortesano. Y no son razones dado que  ninguna de ellas justifican, ni de lejos, crear un problema que agrava aún más  la ya de por sí gravísima  situación secesionista.  El monarca se ha de mantener en su puesto y  afrontar el reto de los que tratan de romper la Unidad de España. La  imagen que tiene ante la opinión pública, que se ha ganado a pulso, no es óbice para abandonar la más alta jerarquía  y abandonar la defensa de la Unidad de España.
La cuestión que hace referencia al tema de la salud y al cansancio físico, tampoco sirve, puesto que no parece haberle impedido  irse de safari, de viaje a Arabia , a esquiar o realizar otras actividades: lúdicas y/o placenteras.
Por último está esa “razón”, esa que señala al más que posible enjuiciamiento de la Infanta, la contestación a esta verdadera excusa  resulta obvia, los problemas personales y/o familiares se  han de plegar a los de la Patria. Ser rey no es sólo veranear en Mallorca, viajar o ir de safari.

                                                                     


Hemos de considerar la gravedad de que el aún Príncipe Felipe asuma la Corona y con ella pase a ser el símbolo de la unidad y permanencia de España.
No podemos pasar por alto que fue este quién  afirmó en Barcelona ante las increpaciones de un empresario secesionista, que  el tema de la celebración de la consulta soberanista no era responsabilidad suya. O sea, que en lugar de aprovechar la situación para afirmar la Unidad Nacional simplemente quiso quedar bien con el auditorio y “echó balones fuera”.

                                                                          


En segundo lugar no podemos olvidar que carece de la autoridad sobre las más altas jerarquías de las Fuerzas Armadas. Y esto es así debido a que   esta autoridad deriva en su práctica totalidad de lo que el Generalísimo Franco  ordenó en su último mensaje.

Por si fuera poco hay que recordar que  el futuro Felipe VI dijo el 21 de Abril de 1992 en el Parlamento de Cataluña: "Cataluña será lo que los catalanes quieran que sea". Es decir que no considera la Unidad de España como una realidad en sí misma, si no que para él es meramente ocasional, ya que la hace depender de la cambiante voluntad del pueblo, o como es el caso de una parte de este.

El actual Príncipe Felipe carece de tal autoridad delegada y ante el pueblo, mayoritariamente antimonárquica, aunque sea juancarlista gracias al montaje del 23 F.
El pueblo español no aceptará una monarquía dilapidadora en una situación de crisis económica y social tan grave.

De todo lo señalado se deduce que la decisión tomada por el Borbón es una muestra de cobardía, de traición a la obligación del monarca de proteger la Unidad de España y que pone a nuestra Patria ante un escenario poco  menos que bélico.

                   ¡¡¡Arriba España!!! y  ¡¡¡ Viva la Unidad de España!!!


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