viernes, 21 de marzo de 2014

Los ilegales amenazan la salud.


                                                                           


La actitud que la inmensa mayoría de los españoles mantiene respecto a la  problemática que la invasión de inmigrantes ilegales subsaharianos trae aparejada es poco menos que suicida, y lo es debido tanto al desconocimiento que el silencio de los medios y las autoridades propicia como a ese sentimentalismo buenísta que lo políticamene correcto impone.

Los españoles deben conocer toda la verdad, una verdad que no desaparece por el hecho de ser ocultada.

En primer lugar, y antes de acudir a datos concretos que a todos nos son deliberadamente ocultados vamos a aplicar la simple y llana lógica.

Cuando personas que provienen  de zonas en las que existen enfermedades  contra las cuales no tenemos defensa inmunológica, como ocurre en el  caso de los miles de ilegales que saltan la valla en Melilla, están poniendo nuestra salud e incluso nuestras vidas en serio riesgo. Es por esto que cuando viajamos a algún país subsahariano estamos obligados a vacunarnos contra ciertas enfermedades que no existen en nuestra Patria o que hace décadas fueron erradicadas de esta.

Es así que un pensamiento lógico, que no esté dirigido por cuestiones ideológicas falsamente humanitarias, nos indica que existe un peligro serio que las autoridades tienen la obligación de combatir.
Pero este pensamiento que deriva de la aplicación de la lógica se ve además respaldado por los hechos, y estos son inapelables.

Los datos que voy a presentar a continuación  los he sacado del periódico alerta digital, el cual a su vez los ha obtenido de fuentes del Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) y del Hospital Comarcal melillense.

                                                    

El hecho de que estas informaciones sean silenciadas por  los medios plegados al sistema y sometidos a la dictadura de lo políticamente correcto no significa que no se basen en datos reales, sólo pone de manifiesto que tras la violación de nuestras fronteras y la invasión de nuestro territorio se encuentra una planificación movida por poderes que están muy por encima de nuestras propias autoridades, en caso contrario la actuación de estas sería muy distinta.

Ahora vamos a presentar los datos, luego que cada cual saque las conclusiones que considere oportunas:

No menos de 226 personas, entre  internos y personal de CETI, Centro Temporal de Inmigrantes, de Melilla  han sido vacunados y recibido tratamiento tras conocerse que dos de los inmigrantes que saltaron la valla estaban siendo tratados en el Hospital Comarcal.  El primero de ellos procede de Gabon, habiendo llegado el pasado 18 de Febrero, estando internado en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) desde  el pasado 16 de Marzo afectado de meningitis vacateriana, habiendo determinado los análisis que es del tipo W, endémica de la zona subsahariana.
Fuentes del CETI señalan que otro interno ha sido aislado del resto por haber desarrollado tuberculosis.

                                                             

Fuentes del mismo CETI han informado que el 95% de los recien llegados han sido diagnosticados como portadores de la bacteria de la tuberculosis en el Test de Mantoux, aunque sólo una pequeña parte ha desarrollado la enfermedad dado que tienen cierta resistencia de la que nosotros carecemos.
En el Hospital Comarcal se han realizado placas en tandas de cuarenta en los últimos días para descartar posibles contagios, sin embargo sanitarios, guardias civiles y personal del CETI se quejan de que la profilaxis no es la adecuada para evitar contagios y una posible extensión de las enfermedades.
El chico tuberculoso estuvo separado en una habitación con la intención de contener la enfermedad y evitar su extensión, pero  según comentaron trabajadores del Hospital Comarcal, andaba por los pasillos para ir al servicio.

                                                           

Expertos médicos de la ciudad de Melilla advirtieron al diario alerta digital que el hacinamiento, recordar que en CETI melillense hay en la actualidad 1900 internos para 472 plazas, puede ser un serio riesgo tanto para Melilla como para el resto de España.
El envío de inmigrantes ilegales a otros CETI, sitos en la península se realiza para evitar un mayor hacinamiento del que se da en el de Melilla.
Se les envía  a la península antes de que se proceda a su expulsión, esta misma mañana fueron enviados cerca de una centena a Málaga.
Estas misma fuentes señalaron que pese a que no pueden ser enviados a la península con índices de tuberculosis superiores a 5, algunos lo han sido teniendo índices  de 10.

Respecto a este asunto el presidente del Colegio Oficial de Médicos de Medillla, Jesús Delgado, declaró que las medidas preventivas tomadas por las autoridades sanitarias no son suficientes y se quedan “muy cortas”.

A partir del pasado jueves, tras la última avalancha, se han colocado numerosas tiendas, tanto de la cruz roja como del ejército, que están a la intemperie y con cada vez más suciedad a su alrededor.

                                                             

Y lo peor puede estar aún por llegar dado que en África en general, pero en la zona subsahariana en particular, el SIDA es una pandemia.

                                                       


Pese a todo esto  se levanta la voz de los profesionales del falso humanitarismo, que aseguran que someter a los inmigrantes ilegales a controles sanitarios es ir contra sus derechos humanos, se olvidan del derecho que los demás tenemos a la salud y a la vida.

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