jueves, 16 de mayo de 2013

La supervivencia de los Estados-nación.


                                                                               


La Unión Europea, lejos de ayudarnos, nos exige el cumplimiento  de eso que el gobierno afirmó que llevaría a cabo. Los tecnócratas de Bruselas supuestamente no imponen nada, pero de hecho lo hacen  ya que  las medidas que el “soberano e independiente” Estado español se propuso llevar a cabo no buscaban otra cosa que combatir el  déficit en lugar del paro, tal y como marcaban desde la UE.

                                                                  

Los representantes europeos, Alemania y Francia  principalmente, a través del Banco Central Europeo, ahora dicen  querer combatir las desigualdades que se dan en la sociedad española, y en gran medida son debidas a las políticas que impusieron.

                                                              



Ahora bien, la consecución de este supuesto objetivo  debe hacerse, según ellos, aplicando nuevamente las mismas medidas que  se pusieron en marcha y que tan desastrosos resultados  tuvieron sobre el empleo.
Se dice que no estamos en una economía intervenida, ¿pero que nombre tiene que desde  un parlamento distinto al nacional se señalen las medidas que se han de aplicar?.
El que la Unión Europea  exija el cumplimiento de las medidas que afirmó el gobierno español llevaría a cabo, no es como se pretende hacernos creer, una muestra de respeto a nuestra soberanía y libre  elección puesto que esas medidas no fueron otra cosa que imposiciones de esos mismos que ahora exigen su  cumplimiento.
No hay que perder de vista que cuando una nación-estado entra a formar parte de una entidad supranacional como era la Comunidad Económica Europea, actual Unión Europea, se desprende de  su soberanía económica al dejar  de lado su Banco Central y con él la capacidad de poder llevar adelante una  política económica de  devaluaciones, producción  de dinero, deuda aceptable, inyección de dinero público. etc.
Todo esto pasa a ser decisión de esa entidad supranacional dominada en este caso por un banco central, el BCE, que domina el eje Franco-Alemán y las grandes corporaciones financieras.

De este modo, la problemática propia del Estado-nación que entra a formar parte de la entidad supranacional pasa a un segunda plano, ya que la política común puede  incluso ser contraindicada para la solución de sus dificultades.

Esta cesión de soberanía económica lo es también política. España ha dejado  de tener una base  de empresas públicas que le permitan  desarrollar una política  productiva y no meramente  especulativa.
El INI ha dejado de existir, empresas como AENA, REPSOL, ENAGAS, IBERIA, RENFE, ENDESA  TELEFÓNICA y otras han sido privatizadas, mientras que las empresas de otros muchos sectores fueron  hundidas en la famosa y terrible reconversión industrial. Todo ello  impide que nuestra economía tenga el potencial competitivo de antaño. 

De esta forma las únicas entidades importantes que tienen futuro , permitiendo a través de la usura y las "inyecciones" obtener beneficios,   son  las entidades financieras y especulativas.Estas entidades, al contrario que ocurre con los estados, son las únicas que pueden recibir fondos del Banco Central Europeo con los que luego compran deuda soberana obteniendo grandes beneficios.  Eso sí,sin que luego se vean obligadas a que  estas ayudas estatales y comunitarias repercutan a través de créditos a  los particulares y a las Pymes. para de esta forma  reactivar la economía y  crear empleo.
La economía nacional ha sido obligada a desregularizarse  con la única finalidad de  favorecer a una oligarquía financiera especulativa que no aporta nada a la economía nacional.
Nuestra producción, tanto industrial como agrícola, es impuesta desde  Europa, estando sujeta a la conveniencia de  la política que esta desarrolle. No pudiendo  el gobierno, supuestamente independiente y soberano, llevar adelante una política financiera autónoma.

En román paladino: España lleva tiempo  intervenida de facto aunque de iure  no lo esté.
Las entidades supranacionales  no son otra cosa que esclavitud  de la política más próxima al ciudadano y  un paso hacía la desaparición de los Estados-nación en favor de los intereses  transnacionales de  los emporios  financieros.

                                                                  


La defensa de los intereses de los Estados-nación y  de su soberanía así como del ciudadano  es la única solución ante la tiranía de las finanzas internacionales y del poder mundialista.


                                                                        

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