lunes, 14 de enero de 2013

¿ Qué felicita Rouco?


                                                                 


El 9 de Enero de este recién estrenado año, el cardenal D. Antonio María Rouco Varela entregó al monarca, Juan Carlos I, una misiva en la cual, en nombre de todos los obispos componentes de la Conferencia Episcopal Española señalaba, textualmente: “ España puede encontrar en Vuestro Reinado motivos de inspiración para  mirar adelante con fortaleza”.
Esta  manifestación pública del Cardenal en nombre de la Conferencia Episcopal  no es sino una muestra más de cómo  se puede enterrar al  pueblo católico en  el error, en el engaño y ahogarles en  mensajes contradictorios que les llevan a estar perplejos y desorientados.

En este caso es preciso preguntarse por cuales son esos motivos que en su reinado inspiran fortaleza, porque difícilmente cabe  imaginar un reinado más contrario a las enseñanzas y principios morales defendidos por la Iglesia católica. Es por ello que resulta ciertamente escandaloso que un príncipe de la Iglesia ose  alabar  tal reinado y con ello sus acciones.

Pero  vamos a centrarnos un poco más y fijémonos en algunas de las leyes que el  Monarca ha validado con su firma:

-Ha firmado la Ley despenalizadora del aborto de 1985 así como la del gobierno de Jose Luis Rodriguez Zapatero del 2012.
-Firmó el decreto por el cuál se excarcelaba a terroristas.
-Firmó la ley del divorcio y posteriormente la del “divorcio Express”.
-Rubricó la despenalización de la blasfemia y la Ley gracias a la cual se permitía la reproducción por medio de las técnicas de reproducción asistida y  la que permitió las uniones homosexuales y la que   identificaba estas con las del matrimonio entre un hombre y una mujer.

 Esto  pone de manifiesto que con su sanción  se está oponiendode modo absoluto a la doctrina  que respecto a todos  esos temas mantiene la  Iglesia Católica.
Es más, resulta claro y absolutamente previsible que el Borbón  sancionará cualquier Ley que el poder legislativo proponga y apruebe. Esta desde luego no es una postura digna de ser alabada  por parte de un purpurado ni por la Conferencia Episcopal.
Desde luego  lo que no pueden después es pretender llevar a cabo en nuestra Patria la “nueva evangelización” cuando son las más altas jerarquías las que con sus posicionamientos equivocan a aquellos que tiene encomendados  proteger de la mentira y del error.

No se puede encender una vela a Dios y otra al Diablo y pretender que los católicos se afiancen en una fe que no ven en aquellos que deberían ser su  brújula y ejemplo. Tratar de ser políticamente correctos en  una situación como la  actual es simplemente un error consciente, una grave falta.

Con motivo de la sanción que el Borbón dio a la Ley despenalizadota del aborto de 1985, el obispo de Cuenca  Monseñor Guerra Campos dijo que el Monarca debería ser excomulgado como pecador público, las circunstancias no han cambiado, más bien se han agravado  Si por razones que no alcanzo a entender el Monarca no es    excomulgado, lo que desde luego no puede es ser alabado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario