miércoles, 22 de agosto de 2012

Peligro de secesión: España traicionada.




                                                  


España está atravesando por uno de los más  críticos y decisivos momentos de su historia, y aunque muchos puedan pensarlo no me estoy refiriendo a la  crisis económica que con tanta fuerza nos golpea.

Nuestra nación, aunque parece que nadie se da cuenta o quiere darse cuenta de ello, se encuentra frente a una serie de  acontecimientos  inmediatos en el tiempo en los cuales  se  está jugando su misma existencia como nación.

Después de las sucesivas y continuas cesiones que desde que en 1978  entró en vigor la actual Constitución, España ha entrado en una caída  en barrena en la que el sistema autonómico y las sucesivas  transferencias políticas a las diversas Comunidades Autónomas,  como me repele utilizar esta expresión para referirme a las  regiones,  han ido constituyendo un grupo de entidades caciquiles con  una entidad política que en los casos vasco y catalán  buscan la secesión  y la independencia.


                                              

Pues bien, en estos  precisos momentos ha recaído en nosotros la responsabilidad histórica de defender la unidad nacional frente a los envites de los que somos testigos.
Pero ante todo es preciso que seamos absolutamente conscientes de cual es la estrategia que utilizan y piensan desarrollar aquellos que  intentan  alcanzar la secesión de Vascongadas y  con ello romper la  sagrada unidad nacional.

La  estrategia es sencilla pues  no hace otra cosa que jugar con  las  condiciones legales que la actual legislación les ofrece  y aprovecharse  de la  inactividad cobarde de los españoles(comenzando por las más altas magistraturas del Estado, pasando por el pueblo mismo y acabando por aquellos que juraron  verter su sangre por defender  a España, su soberanía y unidad).

Los próximos meses serán cruciales para que España continúe existiendo o deje de hacerlo.

El día 21 de Octubre del presente año se  llevarán a cabo en Vascongadas las elecciones  para la constitución de un nuevo parlamento  autónomo, en este caso todas las encuestas y predicciones apuntan a que  las fuerzas políticas secesionistas  (tanto  amaiur-bildu-segui, o como finalmente se denominen, como el Partido Nacionalista Vasco) obtendrán una holgada mayoría que les permitirán  gobernar y colocar en la presidencia del gobierno Vasco a un filoterrorista secesionista.
Una vez alcanzado este punto el siguiente paso será   poner en la calle por medio de  amnistías o recurriendo a la concesión del tercer grado a los terroristas etarras  encarcelados en prisiones vascas, con esto se  irá creando un ambiente, que unido a la de hzber  conseguido y mantenido la “paz” (curiosa expresión cuando no ha habido guerra alguna).
El paso que seguirá es muy similar ql que el parlamento autónomo  Kosovar dio  en el año 2008 al declarar de modo unilateral la independencia.
Esta declaración no fue una mera  acción  testimonial puesto que recibió el apoyo de países de  la UE y  asimismo  el Tribunal de la Haya avaló esa declaración.

                                      

Dada la situación actual, tanto económica como geoestratégica, seguramente los secesionistas vascos no buscarán como primer paso  la secesión total aunque ese sea su objetivo último, buscarán  como  se trató de hacer con el plan Ibarretxe   crear una especie de  Estado  libremente asociado que en el fondo es romper la unidad nacional pero que será mucho más fácil de aceptar por la población y las instituciones encargadas de preservar la unidad de España.

Para el eje franco-alemán   este paso es una oportunidad de  hacerse  a un precio de saldo con lo que queda de la economía española y con el dominio de un mercado muy útil para  colocar sus productos, es así que  el reconocimiento de este  nuevo Estado libre asociado sería rápidamente reconocido.

Nos encontramos con que el único problema  que podrían encontrar los secesionistas, a saber,  la oposición de los españoles y sus instituciones, desgraciadamente no sería tal ya que por unas razones o por otras  traicionarían su obligación y desde la cobardía y el perjurio dejarían que nuestra Patria  se destrozase a los pies de los caballos secesionistas.

Los partidos políticos y gobernantes  buscarán por encima de todo la consecución del poder o  el mantenimiento en el mismo, y  como en el régimen actual  esto se logra exclusivamente se a través de los votos ya se sabe que  los políticos se plegarán a lo que sienta y exija  una población que debido a una manipulación de varias décadas no tiene  conciencia nacional alguna, “mientras que no haya asesinatos que  se independicen si quieren” dice la mayoría, además  “ser españoles o no  debe ser una  decisión  democrática suya, y si las urnas han hablado pues ya está” dirán también.


                                           

Ahora tendremos que referirnos a lo que algunos consideramos como el último valuarte  que podrá impedir la ruptura de la unidad patria: El ejército.. Pues bien,  pese al juramento realizado y a que  el amor a España y a su unidad ha sido siempre el espíritu que ha movido al soldado español, nos encontramos con que de un tiempo a esta parte se ha hecho hincapié  entre los jefes, la oficialidad  y por supuesto entre una tropa profesionalizada  cuya base no es el patriotismo sino  la consecución de una  manera de poder trabajar en el absoluto sometimiento de la milicia al poder civil, a lo que este decida democráticamente.
Otro  freno a la señalada secesión debiera ser   el monarca como  garante de la unidas de España.
Ahora bien en este caso nos encontramos con que también  en el monarca  su supeditación a la del ejecutivo  es total, y más aún cuando la historia reciente pone de manifiesto como  Juan Carlos I ha sido capaz de  perjurar, enfrentarse a su padre, firmar leyes contrarias a su fe  e incluso preparar un autogolpe  para  mantenerse en el poder que  su corona le proporciona.

                                               

Al final hemos de tener esperanza en que  la frase de Oswal Spengler se  haga realidad si es preciso en esta gravísima coyuntura:

“Al final fue siempre un pelotón de soldados  lo que salvó la civilización”.

                                                  

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