sábado, 4 de agosto de 2012

Hacia un Nuevo Orden Mundial.




En una conferencia, el antiguo alto funcionario de la Unión Europea y ex Secretario General de la OTAN, D. Javier Solana habló de que Europa debe convertirse en, y es, un laboratorio para llegar a la instauración de un Gobierno Mundial, gobierno que según este alto dirigente socialista vendría a acabar con los problemas de seguridad, económicos, etc. que afectan a las naciones.

Lo que en esta conferencia hizo D. Javier Solana no fue sino confirmar, algo que muchos  ya suponíamos, que en el fondo la Unión Europea no es sino una manera de acabar con las naciones-estado y con la soberanía de estas para que una estructura supranacional las tome como propias. Del mismo modo, en la misma conferencia hace referencia, sin darle  importancia suficiente, a la perdida de valor de lo occidental al ser engullido por ese fenómeno que es la globalización.

                                             
Considero que es fundamental, más que ello esencial, no perder de vista que  ambos puntos: la perdida de soberanía de los estados-nación, la globalización y la destrucción de lo occidental están íntimamente unidos y que voluntariamente derivan unos de otros para lograr la implantación a nivel mundial de un nuevo orden en el que el poder financiero internacional domine cualquier soberanía o cultura que pudiera constituir un problema para el completo y total establecimiento de ese Nuevo Orden Mundial.


                                          

La unión global, por razones de orden práctico como debido a la  resistencia que el conocimiento de tal intención produciría tanto en los estados-nación  como  en los ciudadanos, ha de ser llevada a cabo mediante  uniones supranacionales que irían  desmontando los estados al dejarlos de hecho sin soberanía, para en un paso subsiguiente  integrar tales uniones  al haber conjurado las previsibles resistencias.
Por un lado nos encontraríamos con la Unión Europea, por otro con el Merco sur, con la Unión Africana, la unión de Asia y Oceanía y la unión de Estados Unidos, Canadá y Méjico.
                                                  


 Todo ello bajo el edificio político de la ONU y militar de la OTAN y de las ordenes de las resoluciones de la ONU que darían marchamo de legalidad a las acciones armadas, movilizando fuerzas militares de los más diversos países.


                                              

La destrucción de lo occidental será un fin, pero para llegar a ello habrá que ir diluyendo sus valores  en un magma   intercultural en el que todas las culturas, costumbres y valores sean consideradas a un mismo nivel, con lo que los valores dejarían de existir como tales y lo único que tendría valor serían las normas que marquen las resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, Consejo a su vez dirigido y manipulado por unos pocos países dominados a su vez por los intereses financieros y económicos que  dominarían ese Nuevo Orden Mundial.

Las crisis económicas, los enfrentamientos bélicos y la tan traída y llevada lucha contra el terrorismo, con el recurso a acciones de bandera falsa no dejan de ser maneras de  extender el poder financiero  y energético a todo el planeta así como  lograr acabar con  la protección del individuo por parte de las leyes, un ejemplo claro lo podemos ver en la invasión de  Irak y Afganistan o la aplicación del Acta Patriótica en USA tras el autoatentado de las torres gemelas.


                                          
 Y aquel país que pueda  oponerse o poner problemas, ya sean políticos, económicos o geoestratégicos a este dominio económico y político mundial será atacado y convertido en un aliado títere (Libia, Siria, Iran,etc.)     


                                                     

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