sábado, 28 de julio de 2012

ni puede ni debe haber paz en España


                                                

Nuestro país está atravesando por una situación  crítica, una situación que exige la adopción de medidas extraordinarias, se precisa que un gobierno de concentración alejado de la política bipartidista tome las riendas del país sin  reincidir en la toma de las mismas medidas económicas que nos han llevado a mantener, cuando no empeorar la actual situación(recortes y subida de impuestos), y esto ha de ser así aunque deba llevarse a cabo  contraviniendo las indicaciones - exigencias procedentes del Banco Central Europeo, del Fondo Monetario Internacional  o aquellas que  marca la Unión Europea.
Lo primero que un  gobierno que se precie de serlo  debe hacer es  poner en primer lugar a los ciudadanos, y especialmente a aquellos que atraviesan por situaciones graves.

En España el porcentaje de personas que carecen de trabajo es ya del 24,63%, o sea 5693100 personas están despempleadas.
                                    


 Y lo que es más grave si cabe, en  1737600 hogares ningún miembro de la familia trabaja, con lo que  carecen de ingresos fijos, con los que hacer frente a las necesidades más básicas y afrontar el pago de la hipoteca de la vivienda, con el riesgo de desahucio que esto conlleva.

El índice de miseria en la población española es ya del 26,4%, hemos llegado al nivel  de miseria de la posguerra.


                                          
Si no fuese por el “colchón-refugio” que  ofrecen las familias y gracias a las exiguas pensiones de padres y abuelos la situación más que grave sería crítica.

Pero pese a la triste  y alarmante situación que hemos descrito, mantenemos un sistema autonómico despilfarrador, la casta política  se rodea de prebendas económicas y legales y la estructura financiera se beneficia miserablemente de la pobreza jugando a ganar con la seguridad de que si pierde el empobrecido pueblo  le rescatará.


                                               

José Antonio Primo de Rivera  dijo  una frase   setenta años setenta años atrás que parece pensada para el momento actual: “Mientras millones de familias españolas vivan miserablemente no puede ni debe haber paz en España”.


                                                 
Estas palabras  a oídos burgueses y acomodaticios con el status quo seguramente les resultarán fuertes y algunos las podrán tildar de extremistas, pero la paz se rompe desde el mismo momento en que  la miseria afecta a una parte, no pequeña, de la población.

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