miércoles, 16 de mayo de 2012

Exigencias UE y crisis en España





                                                                          

Las exigencias  de ajustes presupuestarios que parten de la Unión Europea determinan la política económica y los Presupuestos Generales del Estado. Es así que las medidas que el gobierno español  adopta no son otra cosa que  obediencia a lo que el eje franco-alemán ordena.




                                              

Si aquellos que nos gobiernan tuviesen como primordial objetivo nuestro bienestar y la independencia económica de nuestra nación no cederían de un modo tan palmario  a las presiones que lleva a cabo  la U.E.  Y es que  seguir el camino que nos marcan  nos lleva a una catástrofe de modo irremediable. El déficit público que se nos exige cumplir no ha de superar una tasa superior al 5.3%, se nos amenaza con que en caso contrario la Unión Europea y los mercados nos aplicarán sanciones.
El ahorro que se estima que ha de ser aplicado en los Presupuestos Generales del Estado deberá alcanzar los 16000 millones de euros si se quiere llegar al 5.3% que pide-exige Europa.
A estos 16000 millones han de añadirse 14000 millones más que España debe abonar al F.M.I. para reforzar el fondo financiero y combatir la crisis de deuda existente.


                                              
Es así que el recorte en los Presupuesto sería aproximadamente de 30800 millones de euros más lo que rebase el 6% del déficit público.
El ahorro preciso sería d unos 70000 millones de euros, y esto cuando en el año 2011 no se pudieron cubrir las necesidades básicas  con los 200000 millones presupuestados para ese año.
En todo este 2012 nuestra riqueza descenderá hasta un 0.5 del P.I.B., con lo que resultará absolutamente que cuadren las cuentas para lograr los objetivos marcados.
Para que cuadrasen  se han de desarrollar una serie de medidas presupuestarias  sumamente restrictivas que recortarían las prestaciones de todo tipo y que agravarían la ya de por sí grave situación por la que atraviesa la ciudadanía: altos impuestos, bajos sueldos, elevados precios y un desempleo altísimo que supera el 20%.


                                                  
A todo esto se ha añadido la reforma laboral que ha  terminado con la  protección laboral añadiendo a los que tienen la suerte de contar con un empleo el temor del despido.


El gobierno del Partido Popular defiende la necesidad de que la banca, el sistema financiero, sufra una reestructuración, en otras palabras saneados los bancos mediante inyecciones de dinero.
Esta reestructuración  estaría avalada por un préstamo del Fondo Europeo de Estabilización Financiera, con una cantidad en torno a los 40 mil millones de euros para de esta manera poder sanear la mayor parte de los activos inmobiliarios (estos activos inmoviliarios son el fruto de unas inversiones que finalmente resultaron fallidas dada la ruptura del boom inmobiliario, pero que  en una parte no pequeña son fruto de desahucios).


                                                   
Es decir, que el ahorro en los Presupuestos Generales del Estado sería de unos 200000 millones de euros si  finalmente se quiere cumplir las exigencias de la Unión Europea.

Todo lo que hasta ahora se ha expuesto empuja a tomar medidas como las que se tomaron en Grecia como  fue la reducción a la mitad del salario de los funcionarios públicos, la reducción de la protección por desempleo o las pensiones e incluso el cierre de hospitales y centros de salud.


                                                   
Ahora bien, como  la puesta en marcha de estas medidas darían lugar a graves disturbios callejeros no serán  aplicadas en un primer momento.
Desde luego un primer paso va a ser la privatización de empresas públicas, lo que no será sino pan para hoy y hambre para mañana además de  quitar más independencia aún al Estado.

Lo único cierto, en lo que se ponen de acuerdo todos los especialistas en economía es que el porcentaje de desempleados alcanzará el 30%, un nivel escandaloso que difícilmente podrá ser compatible con la paz social y el mantenimiento del orden público.


                                                       

La consecuencia del incumplimiento y  la imagen de inseguridad que  España transmitirá tendrá como consecuencia  un tremendo aumento de la Prima de Riesgo derivada de que las Agencias de Calificación de Riesgo rebajarían de una forma radical  nuestra solvencia, con lo que no podríamos financiar nuestra abultada deuda.
De esta forma la economía de nuestro país no dispondría de capital que permitiese llevar a cabo la financiación.
En esta situación de pobreza y de unos presupuestos raquíticos el Estado habría de recurrir a los ciudadanos mediante la aplicación de nuevos impuestos para socializar las perdidas bancarias al inyectar dinero que cubra los problemas financieros consecuencia de los negocios privados de la banca.

El eje franco-alemán considera como fundamentales y prioritarios los problemas que les afectan (la deuda y el déficit), problemas que no coinciden con los que son prioritarios para los países del sur:Portugal, Italia, Grecia y España, que es  el disparado nivel de desempleo.
Ocurre que para combatir estos distintos problemas  se da que las pertinentes  soluciones no solamente son distintas sino que en este caso resultan ser incompatibles.
En la actual situación nos encontramos con que las medidas que promueve  la Unión Europea y exige sean aplicadas no hacen otra cosa que   llevarnos a profundizar en la crítica situación por la que atravesamos.


                                                     

Poco a poco los países centroeuropeos, especialmente Francia  y Alemania, se van haciendo con la soberanía económica y política del resto de países europeos y de este modo incrementar su riqueza y poder a costa de nuestra pobreza y del sufrimiento de nuestra depauperada población.

Siguiendo las consignas del F.M.I. y las exigencias de la U.E.  nos dirigimos de modo acelerado a la debacle.

La única solución es obviar las consignas del F.M.I. salir de la eurozona y  acabar con el poder de la banca nacionalizándola. 


                                                       

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