jueves, 15 de marzo de 2012

Sierra de Gata y Coria, primera presencia templaria en Extremadura.



                                             


En el siglo XI nos encontramos con que la Reconquista había alcanzado un grado de avance en lo que hace referencia a nuestra región  que esta  había empezado a ser recuperada, de hecho la franja norte de la provincia de Cáceres formaba ya parte del reino de León. Es en esta situación en la que se dan las primeras apariciones templarias entre nosotros.
Esta se da a partir del año 1166, año a partir del cual  el Tajo se convirtió en frontera natural con el ocupante musulmán,


                                                   
 la Orden del Temple se  implica de lleno en la Reconquista, en esta implicación obtendrá en la toma de Alcántara su más alto logro guerrero.


                                                    
 Esta victoria militar tendrá para la Orden consecuencias que serán sumamente positivas, ya que a modo de reconocimiento, y buscando una manera  de implicar definitivamente a los templarios  en la defensa de esa zona de frontera que era la Trasirra leonesa, el rey Fernando II


                                                   
 les donará, además de localidades que enseguida veremos,  las tierras comprendidas entre los ríos  Gata y Alagón. 
Las tierras incluidas entre estos dos ríos son una zona de unos treinta kilómetros de ancho por  unos veinte de largo. En la actualidad en esta amplia franja de terreno encontramos  a poblaciones como Moraleja, Perales del puerto, Montehermoso, Casillas de Coria, Casas de Don Gomez, Puebla de Argeme al igual que Coria y Santibáñez el Alto. Estas dos últimas poblaciones fueron cedidas por el rey  leones al Temple.


                                                   
Junto a esas tierras señaladas y todas las fortalezas en ellas existentes el rey leones completó las cesiones con Portezuelo y su fortaleza. 
Más adelante, cuando  Felipe XI  dona a la  Orden  de San Julián  los lugares de Portezuelo y Santibáñez el Alto, que como recordamos estaban en manos templarias por donación de Fernando II, aquellos inician  pleitos puesto que no están dispuesto a perder  enclaves tan estratégicos militarmente como rentables. Tras arduos tiras y aflojas, el 29 de Abril de 1211 se llega a un entente entre el representante del Temple y el rey Alfonso IX. 


                                                   
Este entendimiento  tiene por resultado que la Orden templaria renuncia a esos enclaves estratégicos, y a cambio , el rey les restituye enclaves que anteriormente les había  tomado (Algodor y Alacañiz , pero además  les devuelve la villa de Ponferrada con su portazgo).


                                                     


Hay una ciudad situada a orillas del rio Alagón y que ha sido el máximo bastión de la orden templaria en toda la zona extremeña que antes formaba la trasierra leonesa, por supuesto nos estamos refiriendo a la población de Coria.


                                                        
                                                         
Fernando II  dona en 1162 al arzobispo de Santiago la ciudad, y más adelante el mismo rey en 1168  firma en Alcántara una permuta por la cual entrega al arzobispo  la iglesia de Caldas y cinco más a cambio de que le devuelva  la ciudad de Coria. La donación de Coria se explica entre  cosas por la inexistencia de órdenes militares autóctonas.
Lo cierto es que el monarca se había adelantado a los acontecimientos y  había donado a los templarios la susodicha ciudad. La intención de esta donación no era otra que  implicar  a estos en la lucha contra el Islam español al ofrecerles la importante fortaleza que se encontraba en primera línea de combate.
 Poco más de una década después de la  donación, en 1174, los almohades realizan un ataque sobre la zona que  va a disminuir en gran medida la influencia del Temple en la zona. En esta incursión los templarios pierden  casi todas sus posesiones, Coria se salva y permanece en manos templarias.
Coria, debido a su estratégica posición  resultó un importante  centro templario, sobre todo militarmente a la hora de controlar una zona de fortalezas que permitían cubrir al reino leones de los ataques sarracenos.
Aunque lo cierto es que a partir de  1176 existe un silencio en las fuentes a la hora de señalar la presencia  templaria en la ciudad.

El final de la presencia templaria en Coria se vio marcada por el hecho de ser tan importante  para la defensa  de la Trasierra puesto que  el avance cristiano había alejado bastante el peligro resultante de la cercanía del enemigo musulmán como por el aumento de la importancia de las órdenes militares autóctonas como la de Alcántara.




                                                        


No hay comentarios:

Publicar un comentario