martes, 13 de marzo de 2012

Derecha-Izquierda, divide y vencerás.

Es de todos muy conocido  el aforismo  “divide y vencerás”, y desde luego esa frase, al igual que  la totalidad del refranero popular guarda una profunda  sabiduría.

El sistema y la gente que trabaja para él llevando adelante una complicada  a la par que efectiva, ingeniería social ha conseguido que el sistema que nos sojuzga se haya impuesto a    la inmensidad de realidades personales dispares que conforman la comunidad humana occidental.
Para ello  se ha servido, y muy sabiamente por cierto, del aforismo al que nos referimos al principio de esta entrada.
El primer problema con el que  el sistema se encontró resultó de que  esas realidades individuales no lo eran tanto dado que de modo natural estaban  encuadradas en  pequeñas asociaciones  grupales  (familias, comunidades locales, agrupaciones laborales, etc.) que  daban  lugar a un todo orgánico, y esa unidad resultaba  un gran obstáculo  para la instauración de el sistema sociocapitalista  antinacional, liberal y ateo  dirigido por las finanzas internacionales.


                                                           


En este punto se les hizo absolutamente imprescindible desvincular al individuo de  esas entidades naturales pues el todo orgánico que conformaban hacía a los individuos impermeables a la manipulación precisa para levantar ese sistema .

Consideraron que  era preciso  dividir  al ser humano dentro de la unidades naturales que tan inmunes les hacían a cualquier intento de implantar un sistema distinto al orgánico. Ahora bien, para conseguir esta división nada mejor que presentar la existencia, falsa como ya veremos, de dos  realidades mutuamente excluyentes que obligaban a tomar  partido y de ese modo  se lograría la ruptura de la unidad orgánica de las unidades naturales.


                                                               

La existencia de tales opciones dadas a los individuos era y es presentada  a los individuos como vitales para entender la vida y la estructuración social.
La propaganda ha  jugado con la idea de que el poder optar por las dos posiciones, presentadas como antagónicas,ponía de manifiesto la libertad humana.

Nos estamos refiriendo a esa  vacía pero desgraciadamente exitosa división entre izquierdas y derechas, una división que ha conseguido romper la visión frontal de la realidad y centrarla exclusivamente en  la divergencia y el enfrentamiento en lugar de en la unidad.

Derechas e izquierdas no son otra cosa que entelequias, falsedades que si son analizadas con una mentalidad crítica libre de prejuicios ideológicos, no pasan de ser ficciones que defienden lo mismo pero que para atraerse seguidores, verdaderos hooligans carentes de capacidad de criterio propio, presentan  unas diferencias que no son tales.

Para validar  lo antes afirmado sólo hemos de comprobar como ambas corrientes, especialmente en este momento histórico, no varían  fundamentalmente en nada, tan sólo mantienen las diferencias precisas, superficiales siempre, para mantener el engaño.

Tanto derecha como izquierda en la economía aceptan como marco el capitalismo, un capitalismo sometido a las leyes de los mercados, a la objetiva pérdida de soberanía fruto de pertenecer a la eurozona y a la Unión Europea.


                                                                 
En lo político ambos defienden la democracia liberal, los partidos políticos como forma de representación y el liberalismo político como sustento de sus posiciones ideológicas.

¿Cuál es la diferencia?: la “incompatibilidad” es estrictamente nominal: unos se llaman avanzados mientras otros se denominan conservadores, unos socialdemócratas mientras otros democratacristianos, unos socialistas y otros capitalistas, unos h mientras otros b, ahí está toda la diferencia.


                                                                 


                                                               
La diferencia no existe, pero el fin que perseguían lo han logrado, han roto la estructura orgánica de la sociedad dejando  al individuo a la intemperie.

La diferencia no existe, es más,  tanto una como la otra forman parte de ese mismo sistema que nos dirige y manipula.

Es preciso que la población de un paso y vea hasta que punto el juego de derechas e izquierdas no es otra cosa que una estrategia  para acabar con nuestras personalidades y verdaderas libertades.


                                                                   

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