domingo, 23 de octubre de 2011

El Sahara y España, historia de una traición

Comenzaremos por señalar desde que momento España a estado presente en el Sahara. La primera relación de España con este territorio se remonta al siglo XV cuando gracias a los tratados de Alcaçova y Tordesillas España se vio autorizada para la creación de un puerto en la costa del Sahara. El 28 de Mayo de 1767 España firmó con Marruecos un tratado en el que el reino marroquí reconocía que sus dominios no llegaban hasta el Sahara. Los contactos de España con el Sahara llegó al punto que los saharauis utilizaban durante el siglo XIX como moneda de cambio la moneda española de la época de Isabel II. En Enero de 1885 llegaron al Sahara militares españoles con la finalidad de contactar con las tribus. Las relaciones de los habitantes del Sahara resultaban muy buenas con los españoles.
Francia  intentó aumentar el tamaño de su protectorado marroquí. La realidad es que hasta los años treinta España no se fue dirigiendo hacia el interior del territorio.
Ahora, al igual que ocurrió con Ifni, Marruecos pone en marcha su expansionismo que buscaba un gran imperio musulmán.
En 1957 el ya conocido FLN comenzó a penetrar en el territorio del Sahara con la excusa de combatir a las fuerzas francesas, cosa que, equivocadamente, fue bien recibida por las autoridades españolas. Ya desde los incidentes que desencadenaron en la guerra de Ifni, los “guerrilleros” marroquíes  iniciaron las operaciones en el Sahara.
La situación hizo que las autoridades españolas y francesas combatieran juntas a esas unidades que les hostigaban.
Entre una minoría de saharauis se desarrolló un sentimiento independentista, aunque la inmensa mayoría defendía la presencia española, en esta situación se convocó una manifestación de apoyo a España que pretendió ser contrarrestada con una manifestación paralela de corte independentista. Se produjo una represión de la contramanifestación que produjo seis muertos.
La  represión de la contramanifestación fue  utilizada por los medios de comunicación marroquíes  para insistir en que España abandonara el Sahara. Más tarde, el  20 de Mayo de 1973, el Frente Polisario llevó a cabo la primera acción contra un puesto militar español. Sus acciones provocaron una docena de muertos y lograron paralizar la producción de fosfatos. Ahora bien, lo único que realmente consiguieron fue dar  argumentos a aquellos que querían que se entregara el territorio a Marruecos. Lo que se desarrolló después de esto y hasta que entrase en escena la archifamosa “Marcha Verde” fue un verdadero escenario de terrorismo movido desde Marruecos.
Mientras se desarrollaba esa actividad terrorista en el Sahara, en España la situación tan solo se podía definir de crítica, el presidente del gobierno almirante Carrero Blanco había sido asesinado en atentado terrorista y Franco se encontraba enfermo con un panorama sucesorio bastante peliagudo.
España se veía obligada a defender la soberanía de su territorio y a que su población pudiese elegir libremente su futuro. Dado esto y que la población saharaui resultaba ser una carga, puesto que costaba mucho su mantenimiento dadas las distancias, y producía poco, no  eran muchos los que defendían mantenerse en el territorio aunque fuese al precio de entrar en guerra con Marruecos. Lo que acontecía era que el Generalísimo Franco estaba entre los que preferían quedarse al precio que fuese. De otro lado la situación internacional de España era realmente penosa, tras las presiones de la O.N.U.  y de la comunidad internacional España estaba sola, era un momento que Marruecos no podía desaprovechar, el momento de poner en marcha sus proyectos expansionistas.
Hassan  II en un discurso instaba a España el 8 de Julio de 1975,  a entregar el Sahara puesto que en caso contrario acudiría a la “movilización general ... para la “recuperación de los territorios ocupados”. Hassan II no quería que las Naciones Unidas se ocupase del asunto, para ello el sultán veían en la enfermedad terminal de Franco y en el estado de debilidad de España el momento oportuno para lograr sus objetivos anexionistas.
Marruecos quería evitar por todos los medios que se llevase a cabo el referéndum de autodeterminación  que era apoyado por España y defendido por la O.N.U. La actividad que desplegó el reino alauita para contrarrestar la que estaba llevando nuestro país en lo referente al Sahara se centró en el tema de Ceuta y Melilla al reclamar que las dos ciudades españolas fuesen incluidas entre los territorios que habían de ser descolonizados, acudiendo para tal fin a las Naciones Unidas. Tras muchos contactos diplomáticos de alto nivel entre Marruecos y España se vio que las posturas eran absolutamente irreconciliables.
En España , entre los ministros de Franco, existían dos posturas para afrontar el tema, mientras unos defendían la entrega pacífica otros proponían la defensa a cualquier precio, y dado que Franco parecía no contar debido a su enfermedad  los primeros llevaban ventaja.
El 3 de Noviembre trescientas cincuenta mil personas se encontraban en ya en Tarfaya, a donde habían sido llevadas primero en tren y después en camiones, ese mismo día el primer ministro marroquí aseguró a Arias Navarro que la Marcha Verde penetraría  solamente diez kilómetros, hasta la cercanía de la zona minada por España y después se retiraría.
El 6 de Noviembre la marcha invadía el Sahara.
En este punto es preciso señalar que aunque se nos haya vendido otra cosa, entre la multitud de civiles circulaban columnas militares con blindados. El gobierno marroquí contaba con que si el ejercito español repelía la invasión, treinta mil muertos les pondrían de su lado a la comunidad internacional.  Nuevamente Marruecos, Assan II, no fue fiel a la palabra dada de que tan solo se internarían 10 kilómetros y después se retirarían.  Arias Navarro ordenó la salida de las tropas españolas del Sahara para el 10 de Noviembre de 1975, Don Juan Carlos había asumido ya la jefatura del Estado. Franco era operado los días 7, 14 y 18 de Noviembre, habiéndose iniciado una larga y terrible agonía que transcurrió paralela a la pérdida del Sahara.
Entre los días 12 y 14 de Noviembre se negociaron los denominados Acuerdos de Madrid, acuerdos en los que España se comprometía a ceder el Sahara y vender al reino alauita las acciones de la compañía que explotaba los yacimientos de fostato y Marruecos  se obligaba  por un lado  a pagar 5850 millones de pesetas por  las acciones de la compañía y por otro a reconocer los derechos de pesca de los barcos españoles en su costa atlántica norte. Por supuesto, y una vez más , Marruecos no cumpliría con sus compromisos.
A las 11 de la mañana del 28 de Febrero e 1976 se arriaba la bandera española en el Sahara. Tras esto tan solo España defendía la celebración de un referéndum de autodeterminación.
Tras la toma del Sahara por Marruecos se produjo un verdadero genocidio en el que utilizando napalm y bombas de fósforo se acabó con cerca de cuarenta mil saharauís amén de someter a los supervivientes a un régimen de terror( torturas, violaciones y asesinatos).
España, mejor dicho: el actual rey junto a los políticos aperturistas, abandonaron a los saharauis, españoles habitantes de una provincia más como era el Sahara, dejándolos  sin protección para proseguir siendo España y sin posibilidad de  llevar a cabo una descolonización que había marcado la O.N.U. y que el mismo General Franco  había aceptado poner en marcha al igual que ocurrió con Guinea Ecuatorial, antigua Guinea Española.
No puede olvidarse que el actual  Monarca Juan Carlos I, entonces Príncipe, en aquellos  momentos  ostentaba la máxima  autoridad del Estado al haber  recibido  de Franco, que  estaba gravemente enfermo, los poderes que como Jefe del Estado  le correspondían.
Siendo esto así fue un acto de traición el haber abandonado su obligación de salvaguardar la integridad territorial y soberanía de la Patria al entregar una provincia sin que ni siquiera dispararse un tiro en su defensa, es más impidió que el Ejercito bajo sus órdenes  luchase como estaba deseando hacer para defender a esos españoles y esa tierra española.
Y de nada sirven  los "es que..." o el  "las circunstancias eran ....", todo lo que quiera esgrimirse no dejan de ser si no   formas de intentar esconder lo que fue  un delito de alta traición.
                                                                                      
La izquierda hizo del Sahara una bandera de reivindicación y supuesta solidaridad. Ahora bien, cuando  la izquierda socialista  alcanzó el poder  olvidó ocuparse de esa tierra y de  sus pobladores para en lugar de ello confraternizar con el ocupante marroquí.


                                                                  
Traición  regia y falsedad  de la casta política. Esa fue la actuación de España en la provincia del Sahara.

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