domingo, 21 de agosto de 2011

transferencias de educación y separetismo.


Resulta de una simpleza rayana en la ceguera  que  la casta política que rige los destinos de nuestra Patria, al igual que  los políticos de uno y otro signo no se den cuenta, o no quieran hacerlo, que la problemática por la que atraviesa  en el momento actual España no deriva del hecho de que el Tribunal Constitucional  fallase de esta o aquella otra forma con respecto a la participación de Bildu en las elecciones autonómicas o  de que ese grupo  haya  obtenido un apoyo  electoral tan desmesurado.
El problema  deriva de que  tras  haberse  aprobado la Constitución de 1978 y el sistema autonómico que esta incluía,  se fueron transfiriendo a las denominadas Comunidades Autónomas toda una serie funciones  que anteriormente  estaban dirigidas de un modo unitario y común por el Estado.
Nos vamos a centrar en un punto concreto, este es el de la transferencia que la Comunidad Autónoma Vasca, recibió en lo que se refiere a la materia de educación. Durante más de 30 años la educación ha estado en manos del PNV. Como no se podía esperar otra cosa de un gobierno nacionalista, varias generaciones de vascos han sido adoctrinados  en el odio a España, en el odio a una potencia supuesta   extranjera que la invadió y la mantiene ocupada militarmente. En esos planes educativos que se han desarrollado en las Vascongadas una historia falsificada e irreal   ha ido  modelando  la mente de generaciones  para que finalmente  se destilase odio a España.
¿Como  nadie con dos dedos de frente, o no sometido   a lo políticamente correcto, no se ha dado cuenta de lo que ha acontecido y acontece en Vascongadas?
El problema  no está en  el Constitucional  ni en Bildu, el problema para la Unidad de España ha estado, y continúa estando  en que  El gobierno nacionalista Vasco ha  tenido en sus manos  la capacidad de inyectar odio a España y  engañar a sus niños y jóvenes  para que ese odio terminase encontrando en Bildu ahora como hizo en Batasuna antes  una  forma de  expresar  ese odio y esa   búsqueda de liberación de un pueblo  oprimido, eso se le ha hecho creer durante más de treinta años.
Pero el sistema autonómico parece ser un dogma  intocable. Es más,  difícilmente el  gobierno central podría  recuperar ninguna materia, y mucho menos la de educación. La Unidad Nacional sufre un gravísimo peligro que nadie parece querer ver para de este modo no verse en la obligación de adoptar las medidas oportunas.

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