lunes, 22 de agosto de 2011

Libia, ¿de Guatemala a Guatepeor?


La intervención militar que la OTAN ha desarrollado y  desarrolla  en  Libia  apoyando a los insurgentes contrarios a  Muamar el Gadafi  para lograr de este modo su derrocamiento, resulta  sumamente discutible.
De un lado nos encontramos con que los verdaderos propósitos que han movido  los bombardeos  de la aviación OTAN no eran  la protección de la población civil que estaba siendo  atacada por  fuerzas militares  o  ayudar a los  sublevados  para acabar con una terrible dictadura. Estos argumentos caen por su propio peso  ya que son muchos los países, aliados de Occidente y de USA concretamente, que son  dictaduras que oprimen y que  actúan militarmente contra  las muestras de disconformidad de sus pueblos. Luego las verdaderas motivaciones que han llevado a una acción tan contundente y contraria a lo que las Naciones Unidas  señala como  aceptable para utilizar la fuerza  (Las normas de la ONU, se oponen directamente a  la intervención militar en países  soberanos con el f in de derrocar a gobiernos  establecidos).
Está claro que la intervención militar  estaba dirigida a lograr unos objetivos distintos a los que la coalición ha esgrimido para justificar  las acciones  de bombardeo aéreo. Pero ¿Cuáles han podido ser estos?, una contestación a esta pregunta no resulta tan sencilla como   el tan traído y llevado  interés por controlar y adueñarse de  las reservas petrolíferas o de gas  de este país árabe, al  igual que tampoco se explicarían por una lucha contra  un estado terrorista, respecto al cual está perfectamente demostrado su colaboración, dirección e incluso  participación por medio de agentes en  acciones  terroristas como  el famoso atentado contra un vuelo comercial de la Pan Am que  fue estalló en vuelo tras la detonación  de una carga explosiva y que   posteriormente  impactó en la localidad de  Lokerbbie  en el Reino Unido el 21 de Diciembre de 1988. Este atentado  fue realizado por agentes Libios. Pero incluso   este hecho tan sólo dio lugar a  un bombardeo selectivo centrado en la residencia de Gadafi  y  tan sólo durante una noche. Lo que ha ocurrido  en este caso es  totalmente distinto ya que  los bombardeos  tienen como objetivo  las fuerzas libias  para apoyar a los insurgentes e incluso de un modo más general poblaciones de ese país, y que decir de la duración de estos bombardeos que  es superior a los dos meses.
Distinta a la cuestión del control del petróleo, el gas e incluso a la posición al  contrastado terrorismo  del régimen de Gadafi tan solo  hay un asunto con la suficiente entidad para  propiciar  la acción militar de Occidente.  Se trata de la propuesta, con visos de  encontrar apoyo y desarrollo en las naciones  norteafricanas y árabes, de sustituir  el patrón  dólar o euro por el patrón oro, concretándolo en una moneda  que sería el dinar de oro.
La implantación del patrón oro, como ya aconteció   en China y todo el  sudeste asiático, pondría en peligro  la estabilidad del dólar y el euro y con ella   la  situación hegemónica  de las economías occidentales y de su situación de poderío geoestratégico.
Para comprender la importancia de la  sustitución del patrón dólar-euro por  el patrón oro, concretamente por el  dinar de oro,  es preciso tener en cuenta que  tanto  el petróleo como  el gas habrían de comprarse y venderse en la nueva moneda, con lo que  tanto el dólar como el euro pasarían  a  un  segundo o tercer puesto, y las economías  occidentales perderían su hegemonía.
Un serio problema que surgiría tras  el éxito de las fuerzas insurgentes apoyadas en el poderío  de la OTAN, es  decir si Gadafi es derrocado que parece que es lo que en estos momentos  está ocurriendo,  deriva de la constitución tribal  de la población  libia.
La población libia  está formada por una multitud  de pequeñas  tribus de familias relacionadas y sometidas  a la autoridad de un jefe tribal. Esta situación se da también en  Afganistan, donde  son precisamente los “señores de la guerra” los que  detentan el poder y por ello   ese país es un verdadero avispero.
En el caso de Libia la situación es muy similar. Gadafi  había logrado  hasta cierto punto  dominar esa difícil situación  con una mescolanza de  extraña representación tribal sometida a la “Revolución libia” y a una represión  que impedía cualquier intento  de que  alguna autoridad tribal  tomase un poder más allá de lo que  la representación revolucionaria permitiese. Cuando se  derroque a Gadafi, cosa que está ocurriendo en las últimas horas,  se creará un vacío de poder que será aprovechado por las tribus y sus líderes para   hacer de Libia otro Afganistán.
Otro problema que parece  no querer tomarse en consideración es  el referente a la extensión del islamismo radical  en ese país.
El Estado  que  dirigía  Gadafi  era de hecho  laico, cuestión esta que mantenía a sangre y fuego,  reprimiendo cualquier  crecimiento del islamismo radical. Pero  acontece que ahora  el radical grupo de “Los Hermanos Musulmanes”, con implantación en   muchas de esas tribus a las que nos hemos referido, no encontrarán    impedimento para su desarrollo, es más  el radicalismo islámico puede ser un aglutinante para la población a la hora de  unirse para combatir a los   rebeldes que serán considerados invasores al haber recibido ayuda de extranjeros  “infieles”.

Nuevamente nos encontramos con  dos cosas, por un lado con la corta visión  de Occidente a la hora de colocar  sus intereses económicos, financieros en este caso, por encima de  otros de geoestrategia  y  que permitan la  supervivencia de la  sociedad  occidental  de origen cristiano. Y por otro lado  asistimos  a como Occidente y en especial  EEUU, se sirven de  sátrapas para después dejarlos  a los pies de los caballos una vez que ya no sirven a sus intereses. Esto lo hacen sin tener en consideración que  Occidente quedará siempre en  esos países como  quiénes  apoyaron a sus verdugos.

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